Está demostrado: la mujer es más proclive a sufrir depresión que el hombre. Un trastorno cuyos síntomas principales son nada menos que la tristeza, el abatimiento y desgano, una desvaloración de sí mismo, la retracción y pérdida de interés por el mundo externo.
Así lo explica el psicólogo Gustavo Fos, terapeuta familiar y coordinador del área de depresión de la Escuela Sistémica Argentina (E.S.A), y destaca que la depresión también puede provocar trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia), trastornos en la alimentación (anorexia o hiperfagia) y disminución del deseo sexual.
Según Fos, hay varios estudios que vienen revelando que en los últimos años el perfil de las personas que piden ayuda para salir de la depresión son más jóvenes, tienen entre 18 y 30 años y la principal causa es la crisis económica. Aunque destaca que son las mujeres las más afectadas.
"Está demostrado que la prevalencia de la depresión en la mujer es dos veces superior a la del hombre, aunque en niños la proporción es similar en ambos sexos, o incluso con un predominio en los niños. En general, se han detectado tasas más altas de depresión en las mujeres casadas que entre los hombres casados", sostiene el especialista.
Pero, ¿por qué las mujeres se deprimen más que los hombres? Según Fos, hay tres hipótesis respecto de esta tendencia: la social, la biológica y la estadística. La primera deviene del "rol de cuidadora" que suele tener la mujer, por lo cual "delegaría su propio cuidado en función de los otros y puede sentirse además socialmente menos reconocida".
La segunda hipótesis tiene que ver con las hormonas femeninas, que "protegen de la disfunción degenerativa y del estrés, mejoran el ánimo y la ansiedad, pero su naturaleza cíclica durante la vida fértil, parece relacionarse con la mayor vulnerabilidad femenina a la depresión y la ansiedad".
Y la tercera proviene de las estadísticas que indican que las mujeres, en general, suelen tener mayor predisposición para consultar y mayor sensibilidad frente a los síntomas depresivos y ansiosos.
¿Cómo enfrentar la depresión? "El primer reto del terapeuta será conseguir, ya desde la primera entrevista, despertar o aumentar una actitud activa. Las estrategias estarán orientadas a reforzar la autoestima, la asertividad, así como nuevos aprendizajes necesarios para el manejo de las emociones y su conexión con los pensamientos y las acciones", destaca Fos. Y agrega: "Creemos que la depresión es un fenómeno construido socialmente, una aproximación contextual tiene que contemplar como se desenvuelve la persona deprimida en una variedad de contextos que incluyen a la pareja y a la familia".
Luego, da algunos tips para salir de la depresión:
Para el afectado:
- Es importante reconocer factores interpersonales y conflictos ambientales y la posible necesidad e interés en indagar acerca de la búsqueda de soluciones a través de la psicoterapia.
- Ante la aparición de los síntomas, creer en la posibilidad de que sea una enfermedad y consultar a un especialista.
- No tratar de arreglárselas por sus propios medios y en soledad.
- Saber que el proceso de recuperación puede ser intermitente y estar sujeto a recaídas.
- No considerar su padecimiento como una falla.
- Evitar la realización de tareas complejas y la toma de decisiones importantes.
Para la familia:
- Disminuir el estrés/preocupación/culpa/ira en relación a la enfermedad.
- Estimular la capacidad de equilibrar la necesidad de responder a los requerimientos del paciente con la necesidad de protegerse uno mismo de la dominación de la depresión en su vida.
- Saber que pedir ayuda es ya un método eficaz de establecer un contacto inicial.
- No interpretar los síntomas de retraimiento, fatiga, libido disminuida como reflejo de la falta de afecto o de compromiso con la relación.
- Dirigirse al paciente solicitándole "que se anime", "que no esté triste", "que intente ser feliz", puede incrementar la sensación de culpa.
- Diferenciar al paciente de la enfermedad.
- Ser conscientes de la importancia de la familia como socia en el tratamiento.http://www.perfil.com/contenidos/2011/08/09/noticia_0031.html
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miércoles, 31 de agosto de 2011
Las mujeres se deprimen el doble que los hombres
SALEN A LA LUZ MAS HORRORES DE ENSAYOS MEDICOS DE EEUU EN GUATEMALA
Una conducta inhumana y cruel tuvo lugar en Guatemala: a los pacientes les abrieron heridas y se las infectaron con bacterias, meningitis y neurosífilis, entre otras enfermedades”. Con estas palabras, Anita Allen, integrante de una comisión investigadora estadounidense, reveló ayer en la ciudad de Atlanta nuevos y macabros detalles del experimento médico que Washington realizó en el país centroamericano en la década de 1940. Uno de ellos muestra toda la perversión desplegada: a una mujer que padecía una enfermedad terminal le inocularon gonorrea, para ver cuánto tiempo sobrevivía.Los experimentos se realizaron entre 1946 y 1948, provocaron la muerte de al menos 83 personas en forma directa y ya es considerado como uno de los episodios más sombríos de las investigaciones médicas en la historia estadounidense. Las víctimas de este aberrante ensayo fueron 5.500, entre ellas niños huérfanos, pacientes con problemas mentales, indígenas, soldados, prostitutas y enfermos . A 1.300 de ellos se les inocularon enfermedades venéreas.Estos estudios fueron realizados por médicos del Servicio de Salud Pública de EE.UU. y de la Oficina Sanitaria Panamericana, junto con organismos del gobierno guatemalteco. Todo fue pagado con fondos del gobierno estadounidense.El método era simple: se exponía en forma deliberada a miles de personas a enfermedades de transmisión sexual, como sífilis, gonorrea y chancroide , para así determinar si la penicilina –entonces relativamente nueva– podía detener y combatir la infección. El episodio se mantuvo oculto por décadas y recién se descubrió el año pasado, gracias a que la historiadora médica Susan Reverbydel, del Colegio Wellsley, halló expedientes de los pacientes entre unos documentos del médico John Cutler, director del experimento. En ese momento el presidente Barack Obama ofreció disculpas a Guatemala y ordenó que una comisión de bioética, compuesta por notables, revisara lo ocurrido. En la presentación preliminar del informe, la directora de ese grupo de especialistas, Amy Gutmann, sintetizó el caso con dos palabras: “Escalofriantemente atroz” .Al igual que Josef Mengele, el médico nazi de los pavorosos experimentos en los campos de concentración del nazismo, Cutler no tenía escrúpulos ni medía el espanto de sus experimentos. Por ejemplo, siete mujeres con epilepsia, que estaban alojadas en el Asilo de Alienados, fueron inyectadas con sífilis abajo de la nuca . Así trataban de comprobar la hipótesis de que la nueva infección podría de alguna manera curarles la epilepsia. Cada una de las mujeres enfermó de meningitis bacteriana, posiblemente por el uso de material sin esterilizar.Quizá los detalles más perturbadores se refieren a una paciente femenina de sífilis, que se encontraba en estado terminal. Los investigadores, interesados en ver el impacto de una nueva infección en un cuerpo debilitado, le inocularon gonorrea en los ojos y en otras partes de su cuerpo. Murió seis meses después, en forma espantosa.Según la comisión, la nueva información indica que los médicos tuvieron una insólita actitud inmoral, incluso si el hecho fuera puesto en el contexto histórico de la época: “Los investigadores colocaron en primer lugar sus propios avances médicos y en un distante segundo lugar al decoro humano; estos son graves violaciones a los derechos humanos ”El gobierno de Guatemala, que dio a conocer este caso, está haciendo su propia investigación. Quiere saber qué consecuencias tuvieron los pacientes y sus familias a raíz de las infecciones a que los sometieron. Ya logró ubicar a cinco sobrevivientes, de entre 84 y 85 años. Antes, la prensa había localizado a una mujer llamada Marta Orellana, a la que incluyeron en los fatídicos experimentos cuando tenía sólo 9 años.En Guatemala, el descubrimiento impactó con fuerza en la opinión pública. “Todo ciudadano estadounidense consciente sentirá vergüenza. Todo guatemalteco sentirá dolor y rabia”, comentó el conocido diario Prensa Libre.http://www.clarin.com/mundo/Salen-horrores-ensayos-EEUU-Guatemala_0_545945475.html
martes, 30 de agosto de 2011
Menos estrés y más chocolate para un corazón sano
sábado, 27 de agosto de 2011
Dietas: la diferencia entre hambre real y emocional
"Las dietas son una forma más de violencia de género", apuntó Katz a la revista MÍA. Y agregó: "Las mujeres somos las más atrapadas en la tiranía de la eterna delgadez. De nosotras depende cambiar la imposición de estos ideales".
La fórmula para comer sin engordar de la especialista no estaría en las dietas estrictas. "No funcionan", alerta la nutricionista, autora del libro "No dieta" que a modo de manifiesto sentencia: "Nacemos con derecho a comer rico, pero a la francesa, poco".
Contraria a los viejos planteos de "cerrar la boca", la directora del curso Nutrición Clínica llegó a la conclusión de que todas las dietas fracasan: "Realizar una dieta de hambre sólo nos prepara para el descontrol y la frustración porque privarnos del placer estresa generando mayor deseo de aquello que evitamos".
¿La clave? Katz sostiene que la primera estrategia para controlar el deseo de comer es aprender a percibir el hambre real y el hambre emocional. "Si tenemos hambre real debemos comer. Pero cuando tenemos hambre emocional, llenamos vacíos con la comida. Sólo dificultamos las cosas".
Para descubrir de qué hambre se trata, la nutricionista invita a hacerse estas preguntas: "dónde lo siento, cómo lo siento, qué comida busco". Hay quienes no pueden discriminar qué tipo de hambre tienen ya que padecen de alexitimia que es un trastorno a raíz del cual confunden emociones con registros del cuerpo, hambre con ansiedad, cansancio o aburrimiento.
En el camino de los permisos, Katz incluye en la dieta de sus pacientes su plato favorito: "¿Un alfajor? ¿Por qué no? Pero si delante hay medio kilo de helado, se termina el pote entero y éste puede ser un disparador de una ingesta excesiva. Las conductas no suceden de forma errática. Nos comportamos casi de una manera sistemática aunque no lo sepamos".
"La idea es detectar la cadena de conductas que nos lleven al descontrol alimentario. Hay que conocer el mapa del descontrol: lugares, situaciones y personas que lo disparan. Frente a él se pueden tomar decisiones, organizar pautas. Si elijo un alimento desde el sí y no desde la prohibición, puedo postergar el deseo. Es importante reconocer nuestros monólogos cómplices que nos permiten comer aún sin hambre real", concluyó la médica nutricionista.http://www.perfil.com/contenidos/2011/08/25/noticia_0022.html
lunes, 22 de agosto de 2011
Perros podrían detectar el cáncer de pulmón
jueves, 11 de agosto de 2011
AFIRMAN QUE EN EL PAIS SE PRODUCEN ALIMENTOS PARA DIEZ ARGENTINAS
miércoles, 10 de agosto de 2011
Porciones cada vez más grandes amenazan la salud
Derribando mitosContrariamente a lo que se cree, el tamaño de la porción que figura en la etiqueta de un alimento no indica la cantidad que se debe comer. El tamaño de la porción es simplemente una guía para saber cuántas calorías y nutrientes (y cuánta grasa, azúcar y sal) contiene una cantidad específica de ese alimento. En ocasiones, el tamaño de la porción que figura en la etiqueta es mucho menor del que acostumbramos comer e incluso es perfectamente adecuado comer y servir más que la porción indicada, como en el caso de los vegetales congelados: la porción es de 1 taza pero se pueden comer más porque tienen bajo contenido de calorías y son ricos nutricionalmente.La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo diario mínimo de 400 gramos de hortalizas y frutas al día, o cinco porciones de 80 gramos cada una (excepto papas). Para calcular cuántas porciones se está consumiendo, elegir una fruta que quepa en la mano ó una guarnición de verduras del tamaño del propio puño es una buena medida.Pero cuando se trata de alimentos ricos en calorías, azúcar o grasas, el tamaño de la porción es una guía para reconocer cuándo se consume una cantidad mayor a la saludable. Un niño bebe una gaseosa de 200 cc de una vez, pero si la etiqueta indica que la porción es de 80 cc, significa que bebió 2 ½ porciones y también ingirió 2 ½ veces la cantidad de calorías y 2 ½ veces la cantidad de azúcar. En este caso las porciones indican cuánto lo nutre un alimento en particular, pero no indica qué alimentos necesita para permanecer sano, ni qué cantidad de estos alimentos debe comer.
Los alimentos más engañosos
En Estados Unidos, la FDA (Food and Drug Organization) comenzó en los últimos años a revisar los tamaños de las porciones de los que se valen la industria alimentaria, ya que los vigentes están basados en una investigación de la década de 1970 que dice con vaguedad que se definen en base a lo que una persona “consume habitualmente”. Michael F. Jacobson, director de la ONG Center for Science in the Public Interest (CSPI), a principios de agosto envió una carta pública a Margaret Hamburg, titular de la FDA, en la que denuncia que las etiquetas de las sopas enlatadas, los helados, la crema en polvo para el café y el aerosol antiadherente para cocinar subestiman las calorías, el sodio y las grasas saturadas que se ingieren con estos productos, ya que el tamaño de las porciones declaradas son mucho más pequeñas que su tamaño actual.La sopa Campbell’s de pollo y fideos es el ejemplo por excelencia de lo poco realista que es el tamaño de las porciones. Su etiqueta indica que una porción equivale a 1 taza (un poco menos de la mitad de una lata) y cuenta con 790 miligramos de sodio, casi la mitad del sodio que la mayoría de los adultos debe consumir en un día entero. Sin embargo, según una encuesta telefónica nacional encargada por la ONG, el 64 por ciento de los consumidores come toda la lata y, junto a ella, 1.840 mg de sodio, más que el límite diario. Sólo el 10 por ciento come la porción adecuada de 1 taza, según respondieron en la encuesta. “Las autoridades deben definir el tamaño de las porciones para reflejar lo que los consumidores realmente comen, como exige la ley, y no lo que la industria pretende de la sopa que comen.”, escribió en la carta.Como tendemos a comer lo que hay sobre el plato, a medida que aumentaron las porciones también lo hicieron las calorías que consumimos. Por eso es útil comprender la diferencia entre las porciones y las cantidades recomendadas de los diferentes alimentos. Ahora que estamos tan habituados al exceso, ¿es posible hacer que los tamaños de las porciones vuelvan a la realidad? Un ejercicio puede ayudar: imaginá tu comida favorita en el restaurante que mejor la prepara. Ahora visualizala un 75% más pequeña. ¿Te sentirías satisfecho?http://www.cukmi.com/porciones-cada-vez-mas-grandes-amenazan-la-salud/