Derribando mitosContrariamente a lo que se cree, el tamaño de la porción que figura en la etiqueta de un alimento no indica la cantidad que se debe comer. El tamaño de la porción es simplemente una guía para saber cuántas calorías y nutrientes (y cuánta grasa, azúcar y sal) contiene una cantidad específica de ese alimento. En ocasiones, el tamaño de la porción que figura en la etiqueta es mucho menor del que acostumbramos comer e incluso es perfectamente adecuado comer y servir más que la porción indicada, como en el caso de los vegetales congelados: la porción es de 1 taza pero se pueden comer más porque tienen bajo contenido de calorías y son ricos nutricionalmente.La Organización Mundial de la Salud recomienda un consumo diario mínimo de 400 gramos de hortalizas y frutas al día, o cinco porciones de 80 gramos cada una (excepto papas). Para calcular cuántas porciones se está consumiendo, elegir una fruta que quepa en la mano ó una guarnición de verduras del tamaño del propio puño es una buena medida.Pero cuando se trata de alimentos ricos en calorías, azúcar o grasas, el tamaño de la porción es una guía para reconocer cuándo se consume una cantidad mayor a la saludable. Un niño bebe una gaseosa de 200 cc de una vez, pero si la etiqueta indica que la porción es de 80 cc, significa que bebió 2 ½ porciones y también ingirió 2 ½ veces la cantidad de calorías y 2 ½ veces la cantidad de azúcar. En este caso las porciones indican cuánto lo nutre un alimento en particular, pero no indica qué alimentos necesita para permanecer sano, ni qué cantidad de estos alimentos debe comer.
Los alimentos más engañosos
En Estados Unidos, la FDA (Food and Drug Organization) comenzó en los últimos años a revisar los tamaños de las porciones de los que se valen la industria alimentaria, ya que los vigentes están basados en una investigación de la década de 1970 que dice con vaguedad que se definen en base a lo que una persona “consume habitualmente”. Michael F. Jacobson, director de la ONG Center for Science in the Public Interest (CSPI), a principios de agosto envió una carta pública a Margaret Hamburg, titular de la FDA, en la que denuncia que las etiquetas de las sopas enlatadas, los helados, la crema en polvo para el café y el aerosol antiadherente para cocinar subestiman las calorías, el sodio y las grasas saturadas que se ingieren con estos productos, ya que el tamaño de las porciones declaradas son mucho más pequeñas que su tamaño actual.La sopa Campbell’s de pollo y fideos es el ejemplo por excelencia de lo poco realista que es el tamaño de las porciones. Su etiqueta indica que una porción equivale a 1 taza (un poco menos de la mitad de una lata) y cuenta con 790 miligramos de sodio, casi la mitad del sodio que la mayoría de los adultos debe consumir en un día entero. Sin embargo, según una encuesta telefónica nacional encargada por la ONG, el 64 por ciento de los consumidores come toda la lata y, junto a ella, 1.840 mg de sodio, más que el límite diario. Sólo el 10 por ciento come la porción adecuada de 1 taza, según respondieron en la encuesta. “Las autoridades deben definir el tamaño de las porciones para reflejar lo que los consumidores realmente comen, como exige la ley, y no lo que la industria pretende de la sopa que comen.”, escribió en la carta.Como tendemos a comer lo que hay sobre el plato, a medida que aumentaron las porciones también lo hicieron las calorías que consumimos. Por eso es útil comprender la diferencia entre las porciones y las cantidades recomendadas de los diferentes alimentos. Ahora que estamos tan habituados al exceso, ¿es posible hacer que los tamaños de las porciones vuelvan a la realidad? Un ejercicio puede ayudar: imaginá tu comida favorita en el restaurante que mejor la prepara. Ahora visualizala un 75% más pequeña. ¿Te sentirías satisfecho?http://www.cukmi.com/porciones-cada-vez-mas-grandes-amenazan-la-salud/
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