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lunes, 28 de diciembre de 2020

Lo que no sabés sobre las calorías que consumís

 Aquí encontrarás ocho razones que te generan confusión y las claves para que puedas hacer un cálculo sencillo.



  1. Las porciones son excesivas. Las porciones de comida que sirven en los restaurantes o locales de comida rápida contienen el doble o triple de calorías que los platos realizados en su casa. Cuando hay más comida en el plato, uno come más.

Comenzá midiendo las porciones en tu casa y observá cuánto es media taza de pasta. Hasta que la medida se fije en tu mente, consumí la mitad del plato cuando salgas a comer afuera.

  1. Las porciones son engañosas. No existe una medida estándar de comida empaquetada, lo cual es confuso. Por ejemplo, una porción estándar de cereal en el desayuno son 50 gramos, pero depende de cada cereal la cantidad de calorías que tiene.

Para evitar la confusión, simplemente lee las etiquetas de los paquetes. Si querés que sea más sencillo, optá por frutas como manzanas o comprá productos que se vendan por unidad.

  1. No todas las calorías se cuentan de la misma manera. Estudios demuestran que los alimentos que requieren que se mastiquen por más tiempo (como frutas, vegetales, granos integrales, carnes magras) pueden aumentar la cantidad de calorías que se queman. Otros alimentos como la cafeína y las especias como chile y jengibre estimulan el sistema nervioso central y el metabolismo.

Asegurate de seguir una dieta controlada consumiendo muchas frutas y vegetales bajas calorías.

  1. Los contadores electrónicos de los gimnasios brindan información falsa. Ver que perdés 600 calorías mientras caminás en la cinta a la mañana te da vía libre para el resto del día. Tené cuidado con el conteo de las máquinas del gimnasio porque no son tan fieles.

Si querés obtener un número más preciso de las calorías que quemás en el gimnasio, invertí en un monitor de frecuencia cardíaca, que te ayudará a saber cuan intenso fue tu ejercicio. Para sacar un estimativo de las calorías que quemaste por kilómetro hacé los siguientes cálculos: si corriste multiplicá tu peso por 0,75; y si caminaste multiplique tu peso por 0,53. En el caso de los elípticos, las bicicletas fijas o escaladores, controlá el tiempo y no las calorías.

  1. El ejercicio te da hambre. Los expertos no se ponen de acuerdo en si hacer ejercicio abre o cierra el apetito. Sin embrago, la mayoría de las personas queman alrededor de 100 calorías por kilómetro y medio, lo que no te dará vía libre para comer comida chatarra.

Comé algo liviano antes de ir al gimnasio, con carbohidratos y pocas proteínas como una tostada de pan integral o un licuado de banana con leche. De acuerdo a la intensidad del ejercicio también necesitarás comer algo después de la actividad.

  1. Las calorías en líquido son ignoradas. Muchas de estas calorías que pasan desapercibidas se encuentran en bebidas azucaradas y alcohol. Servite un vaso de bebida o elegí gaseosas y jugos pequeños. Lo mejor es consumir bebidas con cero calorías, agua, café o té sin endulzantes.

  2. Los snacks pueden tener más calorías que las comidas. Los alimentos que se eligen para consumir entre comidas no siempre son saludables. Muchos snacks vienen en paquetes extra grandes, lo cual genera que se ingiera un exceso de calorías diarias.

En vez de consumir un paquete grande de almendras y colaciones durante todo el día, separá lo que comprás en pequeños paquetes y así controlarás lo que comés.

  1. Los alimentos saludables contienen ingredientes ocultos. La palabra “natural” o los pocos ingredientes que contienen hace pensar que unos son más saludables que otros. Los alimentos naturales también contienen azúcar, sodio y otros nutrientes nocivos para la salud. Cuando veas la palabra “natural” lee la información nutricional y los ingredientes que figuran en la etiqueta.https://docsalud.com/vida-sana-nutricion/lo-que-no-sabes-sobre-las-calorias-que-consumis/9209

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