La sostenibilidad de una dieta saludable para 10.000 millones
de personas en el año 2050 es el desafió de 37 científicos
agrupados por la Fundación EAT, plataforma global para la transformación del sistema alimentario, que aconseja doblar
el consumo de fruta y vegetales y reducir el de carne roja y
azúcar. El panel de expertos que lo escribió dijo que se necesita urgentemente una "gran transformación alimentaria" para
2050 y que la dieta ideal que esbozaron es lo suficientemente
flexible para adaptarse a las culturas alimentarias de todo
el mundo. El reporte fue publicado por la revista británica The Lancet.En general, la dieta se enfoca en granos integrales,
frijoles, frutas y la mayoría de las verduras. Señala que
se debe limitar el azúcar añadido, los granos refinados
como el arroz blanco, y el almidón y fécula como las
papas y la yuca. Agrega que el consumo promedio de carne roja debe reducirse a la mitad en todo el mundo,
aunque los cambios necesarios varían según la región y las reducciones necesitarían ser más drásticas en los países
más ricos, como Estados Unidos. El profesor de Harvard,
Walter Willett, uno de los responsables de este informe
señala que "la transformación a dietas saludables para el
2050 requerirá cambios sustanciales en la dieta". "El
consumo mundial de frutas, vegetales, frutos secos y
legumbres deberá duplicarse, y el consumo de alimentos
como la carne roja y el azúcar deberá reducirse en más
del 50%", explica en el documento. Apunta también que
"una dieta rica en alimentos de origen vegetal y con
menos alimentos de origen animal confiere una buena
salud y beneficios ambientales", aclara. La fundación
global sin ánimo de lucro establecida por la Fundación
Stordalen, Stockholm Resilience Center y Wellcome
Trust para catalizar una transformación del sistema
alimentario, ha publicado un informe que pretende
dar respuesta a los principales objetivos.Copresidida
por Walter Willett y el profesor Johan Rockström, la
Comisión EAT-Lancet ha contado con 19 Comisarios
y 18 coautores de 16 países en diversos campos como
la salud humana, la agricultura, la ciencia política y
sostenibilidad ambiental.
de personas en el año 2050 es el desafió de 37 científicos
agrupados por la Fundación EAT, plataforma global para la transformación del sistema alimentario, que aconseja doblar
el consumo de fruta y vegetales y reducir el de carne roja y
azúcar. El panel de expertos que lo escribió dijo que se necesita urgentemente una "gran transformación alimentaria" para
2050 y que la dieta ideal que esbozaron es lo suficientemente
flexible para adaptarse a las culturas alimentarias de todo
el mundo. El reporte fue publicado por la revista británica The Lancet.En general, la dieta se enfoca en granos integrales,
frijoles, frutas y la mayoría de las verduras. Señala que
se debe limitar el azúcar añadido, los granos refinados
como el arroz blanco, y el almidón y fécula como las
papas y la yuca. Agrega que el consumo promedio de carne roja debe reducirse a la mitad en todo el mundo,
aunque los cambios necesarios varían según la región y las reducciones necesitarían ser más drásticas en los países
más ricos, como Estados Unidos. El profesor de Harvard,
Walter Willett, uno de los responsables de este informe
señala que "la transformación a dietas saludables para el
2050 requerirá cambios sustanciales en la dieta". "El
consumo mundial de frutas, vegetales, frutos secos y
legumbres deberá duplicarse, y el consumo de alimentos
como la carne roja y el azúcar deberá reducirse en más
del 50%", explica en el documento. Apunta también que
"una dieta rica en alimentos de origen vegetal y con
menos alimentos de origen animal confiere una buena
salud y beneficios ambientales", aclara. La fundación
global sin ánimo de lucro establecida por la Fundación
Stordalen, Stockholm Resilience Center y Wellcome
Trust para catalizar una transformación del sistema
alimentario, ha publicado un informe que pretende
dar respuesta a los principales objetivos.Copresidida
por Walter Willett y el profesor Johan Rockström, la
Comisión EAT-Lancet ha contado con 19 Comisarios
y 18 coautores de 16 países en diversos campos como
la salud humana, la agricultura, la ciencia política y
sostenibilidad ambiental.
Su propuesta aboga por el cambio a dietas
saludables, sabrosas y sostenibles, realinear
las prioridades del sistema alimentario para las
personas y el planeta, producir más de la comida
adecuada, de forma más eficiente, salvaguardar
los océanos y la tierra y reducir radicalmente las
pérdidas y desperdicios de alimentos.
saludables, sabrosas y sostenibles, realinear
las prioridades del sistema alimentario para las
personas y el planeta, producir más de la comida
adecuada, de forma más eficiente, salvaguardar
los océanos y la tierra y reducir radicalmente las
pérdidas y desperdicios de alimentos.
Willett, de la Escuela de Salud Publica T.H. Chan de
la Universidad de Harvard, y su colega Johan Rockström,
del Instituto Potsdam para la Investigación del Cambio
Climático y Stockholm Resilience Center, han dirigido el
trabajo que ha incorporado elementos como el impacto
de la dieta en la mortalidad.Esta comisión analizó los
impactos potenciales del cambio en la dieta sobre la
mortalidad por enfermedades relacionadas con la dieta
con tres enfoques.Concluyeron que los cambios en la
dieta de las dietas actuales hacia otras más saludables
probablemente generen importantes beneficios para
la salud y permitan prevenir aproximadamente once
millones de muertes por año, lo que representa entre
el 19% y el 24% de las muertes.Los comisionados
proponen unos límites dentro de los cuales la producción
global de alimentos debería permanecer para disminuir
el riesgo de cambios irreversibles y potencialmente
catastróficos en el sistema terrestre.Los científicos que
han participado en este estudio toman el Acuerdo de
París para el límite del cambio climático en relación a
la producción de alimentos que pretende establecer el
calentamiento global por debajo de 2 grado celsius, con
el objetivo de 1,5 grados celsius y descarbonizar el
sistema energético mundial para 2050.Asumen también
que la agricultura mundial hará la transición hacia la
producción sostenible de alimentos, lo que llevará a un
cambio del uso de la tierra y en el que esta pasará de ser
una fuente neta de carbono a convertirse en un sumidero
neto de carbono.Según el documento, resulta inevitable
una combinación de cambios sustanciales hacia patrones
dietéticos basados principalmente en plantas con
reducciones drásticas en las pérdidas y desperdicios
de alimentos y mejoras en las prácticas de producción
de alimentos.Rockström advierte que "la producción
mundial de alimentos amenaza la estabilidad climática
y la resistencia del ecosistema".A su juicio "constituye
el mayor impulsor de degradación ambiental y de
transgresión de los límites planetarios y el resultado de
la suma de ambas es grave".Por eso alerta de que "una
transformación radical del sistema alimentario mundial es urgentemente necesario" y sostiene que si no se actúa
"el mundo corre el riesgo de no cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y el Acuerdo de París".
la Universidad de Harvard, y su colega Johan Rockström,
del Instituto Potsdam para la Investigación del Cambio
Climático y Stockholm Resilience Center, han dirigido el
trabajo que ha incorporado elementos como el impacto
de la dieta en la mortalidad.Esta comisión analizó los
impactos potenciales del cambio en la dieta sobre la
mortalidad por enfermedades relacionadas con la dieta
con tres enfoques.Concluyeron que los cambios en la
dieta de las dietas actuales hacia otras más saludables
probablemente generen importantes beneficios para
la salud y permitan prevenir aproximadamente once
millones de muertes por año, lo que representa entre
el 19% y el 24% de las muertes.Los comisionados
proponen unos límites dentro de los cuales la producción
global de alimentos debería permanecer para disminuir
el riesgo de cambios irreversibles y potencialmente
catastróficos en el sistema terrestre.Los científicos que
han participado en este estudio toman el Acuerdo de
París para el límite del cambio climático en relación a
la producción de alimentos que pretende establecer el
calentamiento global por debajo de 2 grado celsius, con
el objetivo de 1,5 grados celsius y descarbonizar el
sistema energético mundial para 2050.Asumen también
que la agricultura mundial hará la transición hacia la
producción sostenible de alimentos, lo que llevará a un
cambio del uso de la tierra y en el que esta pasará de ser
una fuente neta de carbono a convertirse en un sumidero
neto de carbono.Según el documento, resulta inevitable
una combinación de cambios sustanciales hacia patrones
dietéticos basados principalmente en plantas con
reducciones drásticas en las pérdidas y desperdicios
de alimentos y mejoras en las prácticas de producción
de alimentos.Rockström advierte que "la producción
mundial de alimentos amenaza la estabilidad climática
y la resistencia del ecosistema".A su juicio "constituye
el mayor impulsor de degradación ambiental y de
transgresión de los límites planetarios y el resultado de
la suma de ambas es grave".Por eso alerta de que "una
transformación radical del sistema alimentario mundial es urgentemente necesario" y sostiene que si no se actúa
"el mundo corre el riesgo de no cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y el Acuerdo de París".
John Ioannidis, presidente de prevención de enfermedades
en la Universidad de Stanford, dijo que celebraba la creciente atención hacia cómo las dietas afectan al medio ambiente,
pero que las recomendaciones del reporte no reflejaban
el nivel de incertidumbres científicas sobre la nutrición y la salud.https://www.clarin.com/sociedad/dieta-planeta-comer-saludable-salvar-medio-ambiente_0_VvCvGR5xw.html
en la Universidad de Stanford, dijo que celebraba la creciente atención hacia cómo las dietas afectan al medio ambiente,
pero que las recomendaciones del reporte no reflejaban
el nivel de incertidumbres científicas sobre la nutrición y la salud.https://www.clarin.com/sociedad/dieta-planeta-comer-saludable-salvar-medio-ambiente_0_VvCvGR5xw.html
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