
$ 66 MILLONES POR LA GRIPE A Y $ 1,2 MILLONES POR DENGUE
Fue a fines de abril, cuando en el país no se reportaba aún ningún contagiado por H1N1 pero había cinco muertos y 23.000 infectados por el Aedes aegypti.
“Es extraño que Argentina haya hecho todo para prevenir una enfermedad importada como la gripe porcina cuando no teníamos ningún caso y no se hizo ni un cuarto de esto para combatir la epidemia de dengue, con más de 50 mil casos y más de 10 muertes. El dengue no viaja ni en ejecutiva ni en turista”. La reflexión pertenece a Gonzalo Basile, presidente de la asociación Médicos del Mundo en el país y coordinador de la red de América del Sur, y la comparten distintos sanitaristas y funcionarios cuando buscan explicarse por qué en la Argentina el despliegue para prevenir la gripe A fue mayor al de la lucha contra el dengue. Cuando a fines de abril se confirmó que había 92 infectados en el mundo por el virus H1N1, el jefe de Gabinete, Sergio Massa, anunció en conferencia de prensa que se ampliaría el programa de médicos comunitarios “para acrecentar la capacidad de consulta de hospitales, salas de primeros auxilios y diversos centros de atención”, además de la suspensión de los vuelos de y hacia México –que podría levantarse esta semana–, el cierre de algunos locales del aeropuerto internacional de Ezeiza, y un refuerzo presupuestario al Ministerio de Salud de 66 millones de pesos. A comienzos de ese mismo mes, el gobierno nacional y las autoridades chaqueñas calculaban un gasto aproximado de 1.200.000 pesos para combatir el mosquito Aedes aegypti en esa provincia, que albergaba la mayor cantidad de infectados del país. La gripe porcina causó 52 muertes, tiene más de 4 mil casos confirmados en todo el mundo. Recién este jueves el gobierno argentino confirmó el primer enfermo de influenza en el país, mientras que por dengue reconoce cinco muertos y más de 23.000 casos en todo el territorio nacional. El miércoles pasado, el presidente de México, Felipe Calderón, comparó la respuesta “oportuna” de su país para combatir la gripe con las acciones que no llevó a cabo la Argentina para matar el Aedes aegypti: “Evidentemente las medidas preventivas pudieron haber aportado mucho a la humanidad”, dijo el funcionario, a quien se le sumaron voces a favor y en contra. “Los países subdesarrollados nos caracterizamos por eso: gastamos mucho y mal”, opinó el médico Guillermo Benchetrit, jefe de Infectología del Centro Gallego y del Instituto Alanari de la UBA, quien agregó una salvedad: “El mundo reprocha la inoperancia con el tema del dengue, pero está bien que ahora con la gripe se tomen precauciones. Esto no es impulsado por la Argentina sino por un alerta exterior de la Organización Mundial de la Salud. Nos llama la atención porque no estamos acostumbrados a adelantarnos a los hechos”. Tomás Orduna, infectólogo del Hospital Muñiz, coincidió con esa idea: “Cuando llegó el dengue estábamos todos muy relajados y se creía que no causaría muertes. Por supuesto, no es lo mismo el relajo de un médico o un ciudadano que el de los sistemas de salud, que deben prever las cosas. No se generó un programa intensivo contra el vector”, concluyó.Para el sanitarista Mario Masana Wilson, director de Epidemiología del Ministerio de Salud bonaerense, la diferencia en los despliegues se debió a que las vías de contagio de ambas enfermedades son distintas. “Esta gripe es de fácil transmisibilidad y estamos en conocimiento de un virus nuevo, que es impredecible”, precisó el infectólogo, quien consideró “insuficientes pero necesarias” las medidas que se llevan a cabo para la prevención. Respecto a la lucha contra el dengue, Masana Wilson opinó: “Creo que las medidas estuvieron un poco retrasadas y demoradas, pero se hizo lo que se tenía que hacer”. El infectólogo Benechetrit, en cambio, aseguró que “el dengue se manejó de forma incorrecta a nivel provincial y la Nación no se metió rápido a tomar cartas en el asunto. Eso tiene que ver con cómo se destinan y manejan los recursos”. Basile, de Médicos del Mundo, agregó, además, que “son absolutamente irresponsables las declaraciones de algunos ministerios de Salud provinciales, que ocultan o manipulan la información epidemiológica en nuestro país de forma permanente. Eso es criminal”.Paranoia o conciencia Según relevó Crítica de la Argentina, hace diez días, a partir de la difusión de la gripe A varias farmacias de Capital Federal, Santa Fe y Mendoza vendieron tantos barbijos, alcohol en gel y paracetamol como se suelen vender a lo largo de todo un año. Esos productos también se exhiben en el aeropuerto internacional de Ezeiza, donde todos los empleados tienen la orden de preservarse ante el virus. “Lo mismo pasó en el interior con los repelentes para el dengue, agotaron más rápido que los barbijos acá”, advirtió el director de Epidemiología bonaerense, Mario Masana Wilson.Dengue: una enorme carga económicaInvestigadores de la Universidad de Brandeis, en los Estados Unidos, aseguraron que el dengue es una enorme carga económica para los sistemas de salud y la productividad de los países perjudicados. Según el estudio, publicado en la revista American Journal of Tropical Medicine and Hygiene, el peso económico del dengue en los países afectados asciende a unos 1.800 millones de dólares anuales y por eso, dicen los investigadores, es urgente desarrollar nuevas estrategias preventivas y de tratamiento para esta enfermedad. En el estudio participaron cinco países de América: Brasil, El Salvador, Guatemala, Panamá y Venezuela y tres países asiáticos: Camboya, Malasia y Tailandia. Para los especialistas, el dengue se está convirtiendo en un problema de salud pública en esos países, donde el número de casos está “extremadamente subestimado”. En la actualidad se calcula que unas 2.500 millones de personas, una quinta parte de la población mundial, viven en zonas afectadas por esa enfermedad y entre 50 y 100 millones se contagian cada año. La investigación estudió a 1.695 pacientes, entre niños y adultos, y puso de manifiesto la necesidad de concretar medidas tales como una vacuna o tratamientos de control de vectores más efectivos.México sin besos y los Estados Unidos con tres víctimas fatalesMientras México se preparaba para celebrar el Día de la Madre sin tantos besos como se acostumbra, el virus de la gripe A causó la tercera muerte en los Estados Unidos: el sábado se informó el fallecimiento de un hombre de 30 años, que residía en el estado de Washington. La información fue confirmada por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) y el departamento de Salud de ese estado y precisaba que el hombre, que vivía en el condado de Snohomish, murió el jueves a causa de problemas coronarios previos que fueron agravados por el virus H1N1. El gobernador de Washington, Chris Gregoire, dio sus condolencias a los familiares y reafirmó que la nueva gripe “es seria y puede ser mortal”. Los otros dos muertos en territorio estadounidense fueron Judy Trunnell, una profesora de Texas que murió el martes, y un bebé mexicano que visitaba a parientes también en ese estado junto con su familia.México vivió ayer un Día de la Madre atípico bajo las recomendaciones del Ministerio de Salud de no besarse y reducir al mínimo el contacto físico para evitar el contagio del virus. AH1N1, causante de la gripe A, que ha dejado 1.578 contagios y 48 muertos en el país.La Organización Mundial de la Salud (OMS) comunicó ayer que el número de infectados ascendió a 4.379 en 29 países, respecto de los 3.440 casos del sábado. México tiene confirmados 1.626 casos de infecciones humanas, incluidas 45 muertes. Estados Unidos registró 2.254 casos, con tres muertes y Canadá unos 280 infectados y una muerte. En Costa Rica, siete personas están infectadas y una murió a consecuencia del H1N1. España tiene 93; Gran Bretaña, 39; Francia, 12; Alemania, 11; Italia, 9; Brasil, 6, y Japón 4, todo según la agencia sanitaria de la ONU
La gripe A tapó todoEdgardo Trivisonno (Médico sanitarista, ex subsecretario de Salud del gobierno porteño)
La Argentina sigue siendo un país poco serio, a pesar de la creación de un comité de crisis y una conferencia de prensa con medidas heroicas para evitar la gripe porcina. Al gobierno nacional, la alerta emitida por la OMS sobre el peligro de una pandemia le vino como anillo al dedo para tapar otros males endémicos que son igual o tan peligrosos. La epidemia de dengue más importante de la historia de la Argentina, con 22 mil casos y más de una decena de muertos, parece haber quedado en la frágil memoria de los que nos gobiernan. ¿Por qué ahora se toma todo tipo de medidas, teóricamente necesarias para prevenir la posible circulación del virus de la gripe porcina, en las que se involucró todo el gobierno nacional, y por qué no se hizo lo mismo frente al dengue –un mal epidémico, autóctono y nacional– para evitar la enfermedad de miles de compatriotas? Parece que, de repente, el Gobierno tomó noticia de palabras como “prevención” y “salud pública” para proteger a los argentinos de las epidemias que nos azotan de afuera. Tras el papelón del dengue, no iban a repetir lo mismo, sobre todo desde un punto de vista político. Pero los problemas estructurales y cotidianos de los argentinos que enferman y mueren en su tierra no reciben tratamiento. Montar una sobreactuación implica la posibilidad de una mayor cosecha de votos para que puedan seguir en el poder. La vocación de poder es tan voraz que no se desestima ningún medio para lograr el fin. Nuestra esperanza es que el pueblo no caiga en la trampa. No es real la preocupación por cuidar la salud de los argentinos, de lo contrario, no hubiésemos sufrido semejante epidemia de dengue y el resto de los males sociales que nos aquejan. Ésta es una medida más, de las tantas argucias del poder para ganar una elección: el adelantamiento electoral, las listas testimoniales, la gobernabilidad y el Apocalipsis de 2001, son parte de una misma estrategia. Parece que la gripe porcina de América del Norte llegó en el mejor momento para matar al maldito mosquito nacional.
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