
Especialistas del Royal Free Hospital de Londres utilizaron la ciencia aplicada a la nanotecnología para manipular átomos y moléculas a fin de desarrollar una arteria artificial. Lograron un pequeño injerto de bypass a partir de un material polímero. Este material permite que el injerto imite el pulso natural de los vasos sanguíneos que transportan los nutrientes necesarios a los tejidos del cuerpo.
La meta final es utilizar el injerto en cirugías de arterias coronarias y de miembros inferiores, las cuales, según los médicos, podrían reducir las amputaciones y los infartos, y este año comenzarán a probar el polímero en humanos.
Si las pruebas médicas, que son financiadas por una subvención de 808.399 dólares, son exitosas, el dispositivo potencialmente podría ayudar a miles de pacientes con enfermedades cardiovasculares.
La pared de la arteria está diseñada para soportar la presión sanguínea durante la vida de una persona y es normalmente muy fuerte. Si sufre daños, ocasionados por diversas enfermedades, la arteria puede endurecerse, taparse o en algunos pacientes puede debilitarse, produciendo un aneurisma llegando incluso a su ruptura.
El tratamiento quirúrgico actual consiste en un bypass o en reemplazar el vaso sanguíneo dañado con un injerto plástico o preferiblemente una vena tomada de la pierna del paciente. Pero muchos pacientes no cuentan con venas adecuadas.
Los injertos plásticos fueron fabricados originalmente con el mismo nylon usado para hacer camisas que no necesitan plancha. Pero aunque éstos funcionan bien en injertos grandes, son mucho menos exitosos en injertos de menos de 8 milímetros porque la superficie del material estimula la creación de coágulos de la sangre en el injerto.
George Hamilton, investigador del proyecto de arteria artificial indicó a la BBC Ciencia que “existe una alta tasa de fracaso en la utilización de injertos de bypass rígidos y de pequeño diámetro. A muchos pacientes que han necesitado pequeños injertos, pero que no tienen venas adecuadas, se les han amputado los miembros inferiores y aquellos a los que no se les puede intervenir quirúrgicamente han sufrido de ataques al corazón y han muerto”, señaló.
La nueva arteria artificial ha sido diseñada para imitar al máximo posible la versión natural. Es fuerte, flexible, resistente a coágulos sanguíneos y late rítmicamente al igual que el corazón.
Algunas ayudan a la circulación mientras que otras incentivan a células madre especializadas para cubrir su envoltura, lo que mejora su habilidad para reparar los vasos sanguíneos dañados aún más.
Hamilton dijo que representará “un gran beneficio para los pacientes ya que podremos reducir los infartos, reducir las amputaciones y salvar vidas”.
A largo plazo, el equipo espera desarrollar una gama de injertos “listos para usar” así como sondas y otros dispositivos.
Judy O’Sullivan, de la British Heart Foundation, consideró que la disponibilidad de injertos artificiales eficaces “implicaría que más pacientes podrían beneficiarse de una operación de bypass. Al mismo tiempo se evitaría tener una herida como consecuencia de la remoción de una vena o una arteria”.
http://lacapital.com.ar/contenidos/2010/01/04/noticia_0010.html
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