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jueves, 29 de enero de 2015

En busca del primer hijo entre neandertales y sapiens

Un cráneo humano hallado en Israel demuestra que ambas especies vivían a apenas 40 kilómetros y compartieron la misma zona durante milenios

  • El genoma más antiguo de nuestra especie aclara el cruce con los neandertales
  • Todas las noticias de neandertalesLa evolución humana es como una película censurada: alguien parece haber cortado los mejores trozos. En uno de ellos, nuestra especie tiene hijos con otra. Se trataba de los neandertales y, decenas de miles de años después, seguimos sin conocer todos los detalles de lo que pasó.Ahora, un nuevo fósil hallado en la cueva de Manot, al norte de en Israel, permite rescatar unos cuantos fotogramas perdidos de esa película que cuenta quiénes somos. Se trata de la parte superior de un cráneo y las imágenes que se desprenden de su estudio muestran que ambas especies vivieron como cazadores nómadas muy cerca los unos de los otros posiblemente durante milenios. Aunque el fósil no aporta datos concluyentes, sus descubridores creen que este enclave bien pudo ser el escenario del cruce entre ambas especies e incluso especulan con que aquel individuo era uno de los primeros hijos entre sapiens y neandertales.“Lo más excitante de este hallazgo es que se trata del primero y único humano moderno datado entre 60.000 y 50.000 años que se encuentra fuera de África”, explica a Materia el antropólogo Israel Hershkovitz, coautor del hallazgo. “Este es justo el tiempo en el que los modelos genéticos y arqueológicos dicen que surgieron los humanos modernos, los primeros antepasados de todas las poblaciones vivas actuales”, resalta. También es el periodo en el que,según los análisis genéticos, los sapiens africanos tuvieron hijos con los neandertales.
  • Foto
  • La cueva de Manot está a apenas 40 kilómetros de la cueva de Amud y a 54 kilómetros de la de Kebara, ambas habitadas por los neandertales en aquella época, resalta Hershkovitz. La calavera de Manot tiene unos 55.000 años con lo que “probablemente coincidieron en esta zona durante miles de años”, comenta el investigador.A partir de aquí, la película vuelve a cortarse. Hace 50.000 años, los neandertales de la zona desaparecen mientras los sapiens llegados de África seguían allí. Unos 5.000 años después estos comenzaron a moverse hacia Europa mientras la otra especie se precipitaba hacia la extinción completa, sin que se conozcan las causas.¿Es este el cráneo de uno de los primeros híbridos neandertales y sapiens? Es una posibilidad, según el estudio firmado por Hershkovitz en Nature junto a otros 23 investigadores de Israel, EE UU, Alemania y Austria. La calavera presenta una morfología muy parecida a la de africanos actuales y también a la de restos fósiles de humanos modernos encontrados posteriormente en Europa. Esto refuerza la teoría de que ese individuo era descendiente de una oleada sapiens que salió del continente africano hace unos 70.000 años para asentarse por todo el mundo. El hecho de que sea más evolucionado que otros sapiens más primitivos hallados hace unos 100.000 años en la misma zona refuerza la teoría.

    Guerras y ADN

    Sin embargo, los investigadores advierten de que es imposible saber si estamos ante uno de los primeros hijos entre ambas especies analizando solo la forma del cráneo. La única forma de asegurarlo es analizando su ADN, algo que ya se han propuesto hacer, aunque no será tarea fácil debido a que el clima de esta zona bien ha podido destrozar todo el material genético. Los autores del estudio albergan algo de esperanza porque la entrada principal a la cueva quedó bloqueada hace 30.000 años y desde entonces ha sido como una “cápsula del tiempo” no perturbada por la presencia humana.El genetista español Carles Lalueza-Fox ofrece una opinión independiente del hallazgo. Este humano “podría ser un representante de la población que saliendo de África se hibridó con los neandertales, pero no un descendiente de dicho acontecimiento, ya que no muestra señales evidentes de neandertal”, opina.Ahora, el problema del ADN amenaza con mantener la otra parte de esta y otras secuencias jugosas en negro durante mucho tiempo, según el experto. “Es una lastima que las condiciones térmicas de Oriente próximo no favorezcan la conservación del material genético porque hay diversos acontecimientos evolutivos en nuestra especie, como la salida de África, la hibridación con neandertales y el surgimiento de la agricultura que tienen lugar en esta zona geográfica”, explica Lalueza-Fox. Tampoco ayuda que las guerras estén devastando otros escenarios claves de la evolución humana como Siria o Irak.http://www.prensaescrita.com/adiario.php?codigo=I&pagina=http://www.elpais.com

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martes, 29 de diciembre de 2009

Encuentran fósiles de megamamíferos a 3.500 metros de altura


Los restos de estos extraños animales son frecuentes en la actual región Pampeana, en donde son objeto de estudio desde la época del naturalista Charles Darwin. Sin embargo, muy poco se sabe de esa fauna extinta en otras áreas del país, como en la región norte y en áreas ubicadas a grandes alturas. El hallazgo de restos fósiles de grandes mamíferos en la Quiaca por parte de pobladores locales hace pensar a los investigadores en nuevas especies aún no conocidas para la ciencia. Hasta el momento identificaron un gliptodonte y un ejemplar de macrauquenia, un animal de aspecto similar a la “mezcla” de una jirafa y un camélido.
El doctor Alfredo Zurita participó del estudio de un hallazgo paleontológico de notable interés, debido al lugar donde fueron detectados los restos fósiles de una serie de megamamíferos que habitaron la tierra hace más de 10.000 años, aproximadamente 3.700 metros sobre el nivel del mar, cerca de la localidad jujeña de La Quiaca.
El investigador del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL-CONICET) y la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) trabajó con docentes e investigadores de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJ), la Universidad Nacional de San Martín, la Universidad Nacional de Chilecito y otros científicos sobre una serie de restos fósiles encontrados en la zona por una familia lugareña. InfoUniversidades lo entrevistó para conocer las peculiaridades de este nuevo trabajo de investigación, sobre el que el investigador brindó datos relevantes que aportan a entender su total magnitud.
Pasado gigante
Hasta hace 10.000 años, Sudamérica era habitada por una gran cantidad de especies de mamíferos de gran tamaño. A modo de ejemplo, el personal del centro de investigación contó que esta fauna era parecida a la que hoy se puede ver en gran parte de África. Entre los animales más extraños de ese momento era posible hallar grandes mastodontes, que según Zurita eran “muy similares a los actuales elefantes”. También toxodones, formas semejantes a los hipopótamos. Otra de las especies eran los macrauquenias, descriptos por Zurita como una “mezcla” entre una jirafa y un camélido. Pero también tigres dientes de sable y gliptodontes, similares a los actuales armadillos, pero de tamaños gigantescos. “La evolución de esta fauna tan particular fue posible, en parte, gracias al prolongado aislamiento que sufrió América del Sur durante casi 50 millones de años”, comentó el investigador.
Los restos fósiles de estos extraños animales son frecuentes en la actual región Pampeana, especialmente en la provincia de Buenos Aires, en donde son objeto de estudio desde la época del naturalista Charles Darwin. Sin embargo, es muy poco lo que se sabe acerca de esa fauna extinta en otras áreas del país, especialmente en la región norte y en áreas ubicadas a grandes alturas.
Hasta el momento, los investigadores identificaron con seguridad un gliptodonte, animales que eran muy comunes en las llanuras chaco-pampeanas. Este registro representa uno de los de mayor altitud para un gliptodonte en Sudamérica, sólo superado por algunos efectuados en las regiones andinas del Perú. El hallazgo consiste en una coraza casi completa junto con parte de la cola del animal. Es posible que otras partes del esqueleto estén aún enterradas, y no debería descartarse la posibilidad de que se trate de una nueva especie de gliptodonte. Otro registro, que aún no se encuentra claramente identificado, podría corresponder a un ejemplar de macrauquenia, animal de aspecto muy extraño.
La segunda etapa de investigación consistirá en la extracción de los restos fósiles por parte de los investigadores y su posterior preparación y limpieza en laboratorio, con el objeto de comenzar los estudios científicos correspondientes y poder identificar correctamente los restos.
Zurita explicó que, en este contexto, el hallazgo de restos de grandes mamíferos fósiles en los alrededores de la Quiaca (provincia de Jujuy) por parte de una familia de pobladores locales, motivó su viaje junto con los doctores Rodolfo Tecchi, de la Universidad Nacional de San Martín, Daniel Roisinblit, de la Universidad Nacional de Jujuy, el doctor Jorge Cajal, de la Universidad Nacional de Chilecito y Carlos Millán.
“El descubrimiento resulta de gran importancia, ya que casi no se tiene conocimiento en Argentina de esta particular fauna habitando a esas grandes altitudes (cercana a los 3.700 metros)”, aseguró el paleontólogo. También existe la posibilidad de que algunos de estos hallazgos representen nuevas especies aún no conocidas para la ciencia.
Juan Monzón Gramajo
monzongramajo@hotmail.com
Catriel López Acosta
http://infouniversidades.siu.edu.ar/infouniversidades/listado/noticia.php?id=914