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lunes, 27 de noviembre de 2017

Advierten que la obesidad infantil es "muy grave" en el país

Regular la publicidad de los alimentos ricos en azúcar, grasas y sodio -que en muchos casos recurren a los personajes infantiles para atraer a los más chicos-; incorporar advertencias frontales en las etiquetas; aumentar el impuesto a las gaseosas, y promover ambientes escolares saludables a través de una oferta de mejor calidad nutricional en los quioscos y los comedores son los ingredientes de una receta infalible para revertir el aumento del sobrepeso y la obesidad infantiles en el país. En un documento conjunto, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y la oficina local de la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) instan a proteger el derecho de los chicos a acceder a una alimentación que no les provoque enfermedades crónicas como la obesidad o la diabetes. Ni durante la niñez ni en la adolescencia ni en el futuro. Además de intentar ser un llamado de atención para que los padres participen activamente en la selección de los productos que consumen sus hijos, ambas entidades coinciden en que el aumento de la obesidad infantil en el país "es muy grave" e instan a tomar medidas para revertir la tendencia. Pero esta batería de medidas que proponen la SAP y la OPS/OMS se anticipa aún más y recuerdan la importancia de la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de edad y la incorporación oportuna de la alimentación complementaria en la primera infancia para prevenir el sobrepeso y la obesidad.
Advierten que la obesidad infantil es "muy grave" en el país
Para ambas entidades, todo esto demanda atención "en momentos en los que la Argentina tiene una de las tasas más altas de sobrepeso infantil en América latina, lo que puede comprometer la salud de generaciones futuras". "El problema es muy grave. Se están viendo en chicos con enfermedades típicas de los adultos, como la diabetes tipo 2, que es la forma que está asociada con la obesidad. Esto es un problema que está en ascenso. Una prioridad sanitaria", dice Sebastián Laspiur, consultor nacional de la OPS/OMS para enfermedades no transmisibles. La presidenta de la SAP, Stella Maris Gil, explica: "Necesitamos que la población tome conciencia de la gravedad de este problema. No sólo está en juego la salud de los chicos ahora, sino también en la adolescencia y las futuras generaciones. Tenemos que actuar ya mismo, no esperar a que pasen los años". Ya desde el embarazo, como señala la pediatra, comienzan a influir factores que predisponen a las enfermedades crónicas en el futuro. "Sabemos cómo tenemos que pararnos ante este flagelo -afirma-. Y hay que hacerlo muy firmemente, no sólo desde el sector de la salud, sino también con la población, los legisladores y las empresas que producen alimentos. La obesidad y sus complicaciones insumen costos enormes en salud pública y productividad. Con este documento estamos mirando al futuro". http://www.lanacion.com.ar/2085995-advierten-que-la-obesidad-infantil-es-muy-grave-en-el-pais

jueves, 9 de noviembre de 2017

Aguas saborizadas: recetas que reemplazan a las gaseosas

Con la llegada del calor, hace falta tomar más líquidos y también mantener hidratados a los chicos. Lo sabemos: no hay nada como el agua. Pero es cierto que a veces tenemos ganas de sumar sabor y las preparaciones industrializadas tienen colorantes, saborizantes y, en algunos casos, muchísima azúcar.La opción, entonces, son las aguas saborizadas caseras. Saludables y ricas, además son fáciles de hacer y muy económicas.
Limón, pepino y menta
Es más suave que la limonada y súper refrescante.
Preparación
Colocar en una jarra con agua potable, medio limón exprimido y medio limón cortado en rodajas finas. Agregar medio pepino con cáscara cortado en rodajas, cinco hojas de menta o hierbabuena machacadas y un poco de hielo. Colocar en la heladera una hora para que los sabores se intensifiquen.
Aguas saborizadas: recetas que reemplazan a las gaseosas
Frutillas, limón y albahaca
Refrescante y con un sabor muy original.
Preparación
Colocar en una jarra con agua potable seis frutillas cortadas en láminas (si están en su punto justo serán bien sabrosas), un limón en rodajas, cinco hojas de albahaca machacadas para que liberen todo su sabor. Agregar hielo y llevar a la heladera.
Naranja, arándanos y jengibre
​Preparación
Colocar en una jarra agua potable, una naranja para jugo cortada en rodajas, un puñado de arándanos cortados en mitades, dos láminas de jengibre fresco (para hacer más intenso su sabor, se puede rallar y agregar en el momento). Añadir hielo y dejar reposar en la heladera una hora.
Manzana verde y canela
Esta opción requiere de un paso más en la preparación, pero es ideal para los fanáticos de la canela.
Preparación
Colocar en una olla un litro de agua potable junto a una ramita de canela, calentar unos minutos para que la canela libere todo su sabor. Una vez que esté fría el agua, colocarla en una jarra junto a una manzana verde con cáscara, cortada en rodajas. Agregar hielo y dejar reposar.
Cualquiera de estas opciones puede endulzarse a gusto o consumirse así.https://www.clarin.com/entremujeres/bienestar/aguas-saborizadas-recetas-reemplazan-gaseosas_0_B1Y04gAC-.html

La dieta es la clave para perder peso; el ejercicio es la clave para no recuperarlo

Es una pregunta que atormenta a todos los que luchan con su peso: ¿por qué algunos de nosotros no recuperamos los kilos perdidos, mientras otros rebotan?Ahora un estudio de 14 participantes del programa de televisión The Biggest Loser nos da una respuesta: es la actividad física, y mucha más de lo que las normas de salud sugieren. En promedio, aquellos que lograron mantener una importante pérdida de peso realizaban 80 minutos diarios de actividad moderada como caminar, o 35 minutos diarios de ejercicio vigoroso, como correr. En comparación, las normas de los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades señalan que al menos hay que realizar 150 minutos a la semana de ejercicio moderado, o 75 minutos a la semana de ejercicio vigoroso para adultos saludables.Aunque el estudio es muy pequeño y debe repetirse, dijo Kevin Hall, el autor principal y jefe de la Sección de Fisiología Integral del Instituto Nacional para la Diabetes y Enfermedades Digestivas y Hepáticas, es el primero que evalúa a la gente obesa varios años después de que perdieron peso con métodos vanguardistas y registra las calorías que han ingerido y la cantidad de ejercicio que han hecho.
DIETA
Los investigadores hicieron mediciones cuando los participantes fueron escogidos en el programa; los volvieron a medir después de seis semanas, de 30 semanas y finalmente luego de seis años de haber comenzado el concurso. “Los descubrimientos son importantes”, dijo Rena Wing, una profesora de psiquiatría en la Universidad de Brown y fundadora del Registro Nacional de Control de Peso. La comida ingerida “es la clave determinante de la pérdida de peso inicial. Y la actividad física es la clave para no recuperarlo”, dijo. El estudio también ayudó a explicar las razones. Una consecuencia de la pérdida de peso entre los participantes de The Biggest Loser era un metabolismo muy lento. Los participantes quemaban un promedio de 500 calorías al día menos de lo esperado, según descubrieron Hall y sus colegas. En resumen, sus cuerpos estaban luchando en contra de la pérdida de peso. Aquellos que no ganaron peso “contrarrestan la caída de su metabolismo con actividad física”, dijo Hall. El peso promedio de los concursantes al inicio del programa de televisión era de 150 kilos. Al final, era de 90; la pérdida fue de 58 kilos. Sin embargo, seis años después de que el estudio terminara, su peso promedio rebotó a 131 kilos, solo 17 menos que cuando empezaron.https://www.clarin.com/new-york-times-international-weekly/?url=/clarin/story/content/view/full/75838&