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miércoles, 23 de septiembre de 2015

No todas las grasas trans son tan malas

Al final parece que no todas las grasas van a ser malas para la salud. Según un estudio del «European Heart Journal» los niveles bajos de ácidos grasos 'trans' pueden no ser tan perjudiciales para la salud humana como se pensaba hasta ahora, aunque se produzcan industrialmente. Incluso sugieren que pueden ser beneficiosas si se producen de forma natural en alimentos como los productos lácteos y cárnicos.Las grasas trans artificiales se producen cuando el aceite pasa por un proceso de hidrogenación, lo que hace al aceite más sólido, y se utilizan como ingredientes en alimentos procesados. Desde hace años se las considera como las mayores responsables del incremento del colesterol, de problemas cardiacos, accidentes cerebrovasculares y diabetes, e incluso se han relacionado con la infertilidad, enfermedad de Alzheimer y algunos tipos de cáncer.Ello ha hecho que en países como EE.UU. se hayan tomado medidas para reducir la cantidad de grasa trans producidos artificialmente en los alimentos: Así, el pasado mes de junio la Agencia Alimentaria de Estados Unidos (FDA) anunció que las grasas artificiales «trans» constituyen una amenaza para la salud pública y que iba a prohibir su uso de manera gradual en un período de tres años. Medidas similares también se han adoptado en Europa. Sin embargo, hasta ahora no estaba demasiado claro qué concentración de grasas trans es segura para los humanos y si existen diferencias entre las grasas trans producidas industrialmente y los de origen natural.Por ello, el equipo de la Universidad de Heidelberg (Alemania) de Marcus Kleber analizó las concentraciones de grasas trans que se encuentran en las membranas de los glóbulos rojos de los participantes en el estudio 'Ludwigshafen Risk and Cardiovascular Health' (LURIC). Así, analizaron la información de 3.259 personas entre 1997 y 2000. Durante el periodo de seguimiento de más de 10 años, fallecieron 975 (30%).
Algunas grasas trans pueden ser beneficiosas si se producen de forma natural en alimentos como los productos lácteos y cárnicos.
Artificiales & naturales
En concreto los expertos evaluaron las concentraciones totales de ácidos grasos trans, tanto las concentraciones producidas industrialmente como los de origen natural. A continuación, asociaron la información obtenida con los datos sobre los fallecimientos, las causas de la muerte, el historial clínico y otros factores que podrían afectar a los resultados -consumo de estatinas tabaquismo, sedentarismo, índice de masa corporal (IMC), diabetes e hipertensión arterial-.Los resultados mostraron varias cosas importantes. En primer lugar, los investigadores vieron que «los niveles más elevados grasas trans en las membranas de los glóbulos rojos se asociaron con un mayor LDL o colesterol 'malo', pero también con un IMC más bajo, menos grasas en sangre (triglicéridos) y una menor resistencia a la insulina y, por lo tanto, un menor riesgo de diabetes». Kleber reconoce que se sorprendieron al encontrar que las grasa trans de origen natural se relacionaba con una menor tasa de muertes por cualquier causa y que esto estaba causado, principalmente, por un menor riesgo de muerte cardiaca súbita.Además, en contra de lo que se había pensado hasta ahora, los investigadores también vieron que el incremento en las concentraciones de ácidos grasos 'trans' producidos de forma industrial no se relacionaban con un aumento en la tasa de mortalidad. Según Kleber, la causa «puede radicar que en el grupo de pacientes analizados, los ácidos grasos 'trans' eran en general mucho más bajos que los que se encuentran en EE.UU.», añade.Cuando analizaron los resultados en función del origen de las grasas trans vieron que aquellos que tenían las mayores concentraciones de ácidos grasos 'trans' de origen natural (más de 0,2%) presentaban un 37% menos de riesgo de muerte súbita cardiaca en comparación con los que tenían los niveles más baja. En cuanto a los datos de otras asociaciones entre grasas totales, ácidos grasos 'trans' producidos industrialmente o naturalmente y la tasa de muerte no fueron en su mayoría estadísticamente significativas.Para Kleber la conclusión es clara: «Nuestros resultados muestran que los bajos niveles de grasas trans de producción industrial que encontramos en el estudio no suponen un riesgo para la salud y, por lo tanto, podrían ser considerados como seguros». Además, añade, hemos visto que «el ácido 'trans'-palmitoleico (un TFA natural que se encuentra en la leche y la carne de los animales rumiantes) se asocia con mejores niveles de glucosa en la sangre y un menor número de muertes por cualquier causa, pero sobre todo un menor riesgo de muerte cardiaca súbita».
Dieta mediterránea
El consumo de grasas trans en los países europeos varía «considerablemente». En los países mediterráneos se consume más aceite de oliva que aceites vegetales hidrogenados, por lo que la dieta contiene menos grasas trans que la dieta tradicional de los países del norte de Europa. «Sin embargo, el consumo de estas grasa en algunos países de Europa oriental y en algunos países en desarrollo sigue siendo alto», destaca.Ahora bien Kleber señala que centrarse en la ingesta tiene limitaciones importantes que pueden sortearse basándose en los niveles de glóbulos rojos. «Así, nuestros datos sugieren un nuevo enfoque para la investigación de las grasa trans y proporcionan evidencia de que aquellas de origen natural tienen que diferenciarse de las producidas industrialmente», apunta.http://www.rosario3.com/noticias/No-todas-las-grasas-trans-son-tan-malas-20150923-0013.html

miércoles, 15 de abril de 2015

Chagas: advierten que el 99% de los pacientes no accede a diagnóstico

Al conmemorarse el 14 de abril el Día Internacional de Lucha contra el Chagas, la  Coalición Global de Chagas recordó que en 2015, el 99% de los pacientes aún no logra acceder a un diagnóstico precoz y al tratamiento, mientras que un experto de la Fundación Cardiológica Argentina advirtió que siete millones de habitantes en nuestro país están en riesgo de contraer este mal potencialmente mortal y muy grave, pero tratable con los antiparasitarios adecuados.Esta fecha convoca a profesionales y sociedades médicas, y a la población en general, a reflexionar sobre la importancia de tomar conciencia y promover la intervención de políticas públicas que permitanmejorar la calidad de vida de las 8 millones de personas que aún se encuentran afectadas por esta enfermedad en toda Latinoamérica. Esta cifra es aún más contundente si se piensa en los 100 millones de habitantes en riesgo de padecerla por las condiciones de vivienda, y 2 millones que sufren enfermedad cardíaca por Chagas.En el país, indicó el doctor Sergio Auger, miembro de la Fundación Cardilógica Argentina, la relación es bastante similar, ya que siete millones de habitantes están en riesgo de contraerla, mientras que entre 1.600.000 y 2.500.000 se encuentran infectados y 350.000 pacientes presentan cardiopatía por Chagas.
En este sentido, el facultativo señaló que es importante recordar que el Chagas es la tercera enfermedad parasitaria que causa miocardiopatía en Latinoamérica, detrás de la malaria y la esquistosomiasis; siendo el corazón, el cerebro, el aparato digestivo y el músculo los principales órganos afectados por el parásito.La transmisión del Chagas por la vinchuca predomina en las zonas rurales o selváticas. En áreas urbanas, la principal forma de transmisión es por vía vertical: de madre con Chagas a hijo (a partir del cuarto mes de embarazo) en el 4,5% de los casos.La Coalición Global de Chagas recordó que, en 2015, todavía el 99% de los pacientes no acceden al diagnóstico y al tratamiento, a la par que destacaron que el gran reto pendiente es la prevención del Chagas congénito, ya que el control y el tratamiento de los recién nacidos no es una práctica extendida en los países donde la enfermedad está presente.Otras formas de transmisión del Chagas pero menos frecuentes son por vía transfusional (muy improbable ya que todos los bancos de sangre realizan controles);  trasplante de órganos de paciente con Chagas a uno sin la enfermedad; accidentes de laboratorio (cuando un profesional trabaja con cultivos del parásito) y vía digestiva, cuando en zonas rurales se consumen animales silvestres con el parásito cocidos de forma deficiente.Para combatir la enfermedad de Chagas, la Organización panamericana de la Salud (OPS) propone que los distintos actores de la sociedad promuevan un cambio radical en cuanto a enfrentar el reto del diagnóstico y tratamiento. Entre los principales objetivos que enumera están trasladar la voluntad política a soluciones concretas, con más recursos para programas integrales de tratamiento y control, así como para la investigación y desarrollo de nuevas soluciones;  sostener y ampliar los esfuerzos en control de la enfermedad; asegurar el cribado de las personas en riesgo y acceso a tratamiento de todos los pacientes; Investigación y Desarrollo de nuevos medicamentos más fáciles de suministrar, así como de nuevas herramientas de diagnóstico y seguimiento de la enfermedad y  realizar estudios más fiables de prevalencia.http://www.docsalud.com/articulo/6499/chagas-advierten-que-el-99-de-los-pacientes-no-accede-a-diagn%C3%B3stico

martes, 2 de diciembre de 2014

Se acerca el fin de las grasas trans para los alimentos argentinos

Según un estudio, la prohibición evitará 5000 eventos cardiovasculares y 1500 muertes por año; los productos de panadería y los alfajoresentre otrostienen esta sustancia
 la cuenta regresiva de la entrada en vigor de la prohibición de producir y comercializar alimentos con grasas trans, cuyo consumo sostenido amenaza la salud cardiovascular, un estudio del Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS) sobre esta modificación del Código Alimentario Argentino proyecta que la medida permitirá evitar anualmente más de5000 complicaciones cardiovasculares y 1500 muertes por enfermedad coronaria.Con eso, el equipo liderado por el doctor Adolfo Rubinstein calcula que el sistema sanitario se ahorraría cada año hasta 100 millones de dólares o unos 860 millones de pesos en tratamiento y control de esos pacientes.Los resultados de este trabajo, que es el primero en su tipo en un país en desarrollo, muestran también que el reemplazo de esas grasas con aceites "más amigables" para el corazón, como el de oliva o girasol, permitirá prevenir casi 3000 infartos y más de 1000 casos de angina inestableen un país con 100.000 eventos cardiovasculares por año en la población adulta."La eliminación de las grasas trans tendrá un gran impacto en la salud pública e implica un importante ahorro de dinero para el sistema de salud. En poblaciones de nivel socioeconómico más bajo, donde el consumo de grasas trans es mayor, este efecto podría ser mucho más grande", aseguró Rubinstein, que hoy presentará los resultados a la prensa internacional acreditada en el país. Además, continuó, "es una medida sumamente efectiva porque es universal y llegará a toda la población, incluidos los chicos."Actualmente, los cinco grupos de alimentos con mayor contenido de grasas trans son los baños de repostería, los productos de panadería, los alfajores, las barritas de cereales, las galletitas y los platos precocidos. Así lo demuestran los datos preliminares de un relevamiento de 528 productosen las góndolas de una de las principales cadena de supermercados que realizó la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) Argentina.Eso coincide no sólo con los datos que obtuvo la misma organización el año pasado en 878 alimentos de otras dos cadenas de supermercados, sino también con los que el Instituto Nacional de Alimentos presentó la semana pasada en la jornada "Argentina 2013 Libre de Grasas Trans", organizada por el Ministerio de Salud con todos los sectores involucrados. Eso incluye a las entidades profesionales, los investigadores y las ONG que insisten en destacar la necesidad de que, una vez implementada la medida, realizar un control sostenido de su cumplimiento para ayudar a las empresas, como las pymes, que les cueste incorporar las modificaciones y comprar los insumos necesarios."Estas grasas trans tienen efectos adversos para la salud: la evidencia científica vincula el consumo de ácidos grasos trans de origen industrial con alteraciones del metabolismo de lípidos en la sangre, inflamación vascular y desarrollo de enfermedades cardíacas, cerebrovasculares y renales", explicó el Ministerio de Salud a través de un comunicado de prensa en el que, también, se atribuyó la investigación del IECS sin haber participado ni mencionar a sus autores.

SIN SORPRESAS

La norma no toma por sorpresa a la industria alimentaria. Hace cuatro años, una modificación del Código Alimentario fijó los límites máximos permitidos de grasas trans, que se desarrollaron como un reemplazo saludable (por su origen vegetal) de las grasas de origen animal. Luego, se comprobó que también eran peligrosas. Hoy se sabe que el consumo de 5 gramos diarios es suficiente para elevar un 25% el riesgo cardiovascular.
 
Desde la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), acompañaron la iniciativa "de trabajo conjunto entre el sector público y privado para lograr alimentos que contribuyan a beneficiar la salud, previniendo las enfermedades crónicas no transmisibles", indicó la directora de la entidad, Mercedes Nimo, a través de un comunicado.Para la proyección, el IECS revisó todas las publicaciones sobre el consumo de grasas trans del período 2003-2004 (equivalía a 1,5% de las 2000 calorías diarias), consultó con especialistas en el proceso de reconversión industrial, epidemiólogos, médicos y nutricionistas, y con los datos del estudio Cescas I sobre la población adulta argentina, estimó el riesgo cardiovascular. Los valores de consumo de grasas trans y el efecto de su eliminación en el riesgo sirvieron para estimar el impacto económico. Esa información la calibraron con los datos de mortalidad de la Dirección Nacional de Estadísticas e Información de Salud. "Estimamos el escenario más conservador", dijo Rubinstein sobre el modelo construido con el economista Ulises Garay y la nutricionista Natalia Elorriaga."La Argentina es el primer país en desarrollo que verdaderamente elimina las grasas trans de productos como política de salud pública", dijo el doctor Marcelo Tavella, docente e investigador de la Escuela Superior de Ciencias de la Salud de la Unicen. "Tendrían que empezar a verse en un año los resultados, y de 4 a 5 años los efectos completos. Ahora, el desafío es aumentar la producción de aceite de girasol alto oleico para satisfacer la demanda interna y, también internacional, que es alta." La doctora Verónica Schoj, directora ejecutiva de FIC Argentina, aclaró que la norma rige para los productos elaborados a partir del lunes próximo. "Celebramos lo logrado, pero vamos por la fiscalización e implementación completa de la norma con asistencia técnica a las pymes", indicó. Para los consumidores, aconsejó empezar a leer las etiquetas, donde dice grasas totales y grasas trans. "Que elijan ya las que dicen cero".http://www.lanacion.com.ar/1748702-se-acerca-el-fin-de-las-grasas-trans-para-los-alimentos-argentinos