La Organización Mundial de la Salud (OMS) procura limitar la obesidad
en el mundo, instando a las autoridades nacionales a estudiar posibles impuestos
a las comidas o bebidas perjudiciales para la salud.
Las grandes empresas multinacionales de alimentos y bebidas apoyaron varias
medidas del plan de la OMS, pero estimaron que poner nuevos impuestos podría
tener consecuencias opuestas a las que se procura obtener.
"El costo de la inacción supera ampliamente el costo de
actuar", indicó la OMS en su nuevo plan de lucha contra la obesidad y
otras causas de enfermedades no contagiosas.
Los países miembros de la agencia de salud de la ONU, reunidos en Ginebra
desde el pasado 20 de mayo, decidieron en la noche del lunes adoptar el plan de
acción contra enfermedades como las afecciones cardiovasculares, el cáncer o la
diabetes crónica.
El plan procura modificar modos de vida considerados perjudiciales, que
incluyen fumar, consumir alcohol o comer alimentos que pueden dañar la salud y
propiciar enfermedades no contagiosas, con el fin, entre otras cosas, de frenar
el alza de la obesidad en el mundo hacia 2020.
"La lucha contra la obesidad es una prioridad. Es uno de los
principales factores de la lucha contra las enfermedades no
contagiosas", declaró Francesco Branca, quien dirige el departamento de
la OMS que tiene a su cargo la nutrición para la salud y el desarrollo.
Según un estudio publicado hace dos años que examinó la evolución del
sobrepeso entre 1980 y 2008 en las personas mayores de 20 años, en 2008, más de
uno de cada diez adultos en el mundo era obeso. De los países ricos, el más
afectado por la obesidad era Estados Unidos, seguido por Nueva Zelanda, mientras
que la población de Japón era la que menos padecía sobrepeso.
Los países
de habla hispana más afectados por la gordura eran México, España, Argentina,
Cuba y Brasil.
El plan de la OMS, que incluye varias medidas de distinto tipo, urge a las
compañías de alimentos y bebidas a bajar los niveles de sal y azúcar que agregan
a sus productos, a sustituir las grasas saturadas por insaturadas, también
conocidas como "grasas buenas", o a reducir las porciones.
También insta a las autoridades nacionales a
controlar la publicidad
de comidas y bebidas perjudiciales para la salud dirigida a los niños, con el
fin de reducir la obesidad de los menores.
La Alianza Internacional de Alimentos y Bebidas (IFBA), de la que forman
parte grandes empresas del sector afirma apoyar el plan de la OMS, pero no
comparte la idea de poner nuevos impuestos y advierte que podrían incitar a la
gente más pobre a comprar productos más calóricos y menos nutritivos.
"Las medidas fiscales que procuran específicamente cambiar el comportamiento
son difíciles de diseñar y de aplicar", declaró Jane Reid, de la IFBA, a la
AFP en un mensaje electrónico.
Impuestos de este tipo "tendrían efectos más duros para las familias con
bajos ingresos", las cuales podrían compensarlos "comprando alimentos más
energéticos y menos nutritivos", según la IFBA.http://www.docsalud.com/articulo/4700/oms-propone-impuestos-para-alimentos-poco-saludables