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miércoles, 27 de septiembre de 2017

Aprueban una droga que permite reprogramar las células que atacan a los tumores

La pesadilla de la familia Whitehead comenzó un día del 2010 cuando Emily, entonces de cinco años, recibió un diagnóstico devastador: sufría de leucemia linfoide aguda, el tipo más común entre niños y adolescentes, y cuya mortalidad es de 15 por cada 100 enfermos.
Emily tuvo dos ciclos de quimioterapia, pero a pesar del bombardeo químico la enfermedad no cedió. Los médicos dijeron entonces que la única salida era realizarle un trasplante de médula ósea. Pero la nena no pudo llegar a esa instancia porque la agresividad del cáncer había aumentado. A sus seis años, Emily parecía no tener salida.
Mientras tanto, en el Hospital Infantil de Filadelfia, un grupo de especialistas estaba probando un nuevo tratamiento experimental contra el mismo tipo de cáncer de que sufría la chica. Pese a que el fármaco no había sido probado en niños, Emily Whitehead fue aceptada. Una máquina removió parte de la sangre del cuerpo de la nena para extraer las células blancas (los leucocitos), que forman el ejército de defensa del organismo. Un virus de HIV modificado genéticamente reprogramó las células blancas para que comenzaran a atacar al cáncer. “Teníamos dos opciones: arriesgarnos o ir a casa y esperar a que el tiempo pasara”, dice el padre de la niña, Tom Whitehead. “Fue muy difícil asistir a todo eso. Los médicos afirmaban que mi hija tenía menos de una chance en mil de sobrevivir”. Emily sobrevivió y ahora entró en la historia de la medicina. La terapia que recibió la niña fue recientemente aprobada por la Agencia de Medicamentos y Alimentos de los Estados Unidos (la FDA, similar a nuestra ANMAT). “Estamos abriendo una nueva frontera de innovación médica, a partir de la posibilidad de reprogramar las células del mismo paciente para atacar a un cáncer mortal”, se entusiasma Scott Gottlieb, director de la FDA. El entusiasmo es contagioso: “Fue lo más excitante que ví en toda mi vida”, dice el oncólogo Tim Cripe, del Nationwide Children´s Hospital, uno de los centros de referencia en tratamientos infantiles en los Estados Unidos. El medicamento aprobado por la FDA fue desarrollado por el laboratorio suizo Novartis bajo el nombre comercial Kymriah, y es el primero de la terapia CAR-T. La aprobación fue concedida para el tratamiento de la leucemia linfoide aguda, la más común, responsable del 70% de las leucemias en niños y adolescentes. Pero los especialistas apuestan, en breve, a que la terapia celular de este tipo, una manera individual de tratar el cáncer, pueda ser aplicada para atacar otros tumores. En estos momentos hay cuarenta estudios que se están llevando a cabo para poner a prueba los efectos del tratamiento para los cánceres de riñón, próstata, intestinos, ovarios y páncreas, entre otros.
El núcleo
El tratamiento gira en torno a la técnica más nueva y disruptiva de la oncología actual. A partir de la reprogramación de las células de la sangre, el propio organismo del paciente se convierte en un remedio contra el cáncer, y ataca exclusivamente a las células enfermas, cuidando a las saludables. Es decir, lo contrario de lo que sucede durante las sesiones de quimioterapia convencionales.
El método, conocido como CART-T, comenzó a ser probado en el año 2012 y desde entonces los resultados han sido muy satisfactorios. En 52 de los 63 niños y jóvenes de entre 3 y 23 años que se sometieron al tratamiento (Emily, entre ellos) la leucemia desapareció. Todos los pacientes estaban desahuciados. Ya habían pasado por todos los tratamientos terapéuticos posibles, sin éxito.
La base de acción del tratamiento estriba en el sistema de defensa del organismo, una compleja orquesta compuestas por células y sustancias que defienden al cuerpo de virus, bacterias y tumores. Para poder crecer, los tumores necesitan hallar formas de derribar las defensas del organismo y bloquear su capacidad natural de luchar. Lo que hace el medicamento aprobado es ayudar al sistema inmunológico a reconocer el cáncer como una amenaza, y atacarlo.
El primer paso para comenzar el tratamiento es extraer una muestra de 200 mililitros de sangre del enfermo. De ese material, se separan los linfocitos T, las células que comandan la sinfonía del sistema inmunológico. En el laboratorio, los linfocitos T son alterados para que puedan recibir un receptor, el CAR, que es una partícula diseñada para dirigirse hacia un blanco específico. En el caso del Kymriah la molécula es la CD19, que se encuentra en la superficie de las células con leucemia linfoide aguda.
El segundo paso del tratamiento es lograr que los linfocitos T, ya con el CAR dentro, se multipliquen. Cuando son reinyectados en la corriente sanguínea del enfermo, los linfocitos T reconocen y matan a las células cancerígenas. El cáncer desaparece.
Los desafíos
Sin embargo, no todas son buenas noticias. Hay más de un problema a resolver. El costo del tratamiento es uno. Es muy elevado, nada menos que 475 mil dólares. Y no se trata de un medicamento que se compre en una farmacia, el acceso se dará a través de hospitales.
El efecto colateral de la terapia no es leve. La respuesta exacerbada del sistema inmune puede causar fiebre muy alta, dificultad para respirar, baja abrupta de la presión e hinchazón de órganos. Los especialistas advierten que, teniendo en cuenta que las reacciones adversas pueden ser graves, el tratamiento deberá ser hecho acompañado de un monitoreo continuo.
Otro punto, que afecta directamente tanto sobre el precio como por sobre la disponibilidad del fármaco, es que su fabricación es absolutamente individual. Depende, por lo tanto, de un proceso muy complejo. Actualmente hay 32 centros especializados para el desarrollo de la droga.
El camino de CART-T comenzó en 1990, cuando el químico e inmunólogo Zelig Eshhar, del Instituto de Ciencia Weizmann (Israel) se reunió con el estadounidense Steven Rosenberg, de los Instituto Nacionales de Salud (NIH, de los EE.UU.) para desarrollar las primeras células en laboratorio. Fueron necesarios veinte años para hacer que se multiplicasen de manera eficaz y, al mismo tiempo, disminuyeran los efectos colaterales.
La terapia actual está diseñada para ser absolutamente individual, y solo fue posible a partir de la combinación de conocimientos científicos sobre el sistema inmunológico, en particular por los avances en el campo de la manipulación genética.
El primer paso se dió en el año 2003, con la conclusión del Proyecto Genoma, cuando el ADN humano fue rastreado en su totalidad. Como el cáncer es una enfermedad que se desarrolla por alteraciones en el ADN, “la comprensión de los cambios en el origen de esas variaciones abrió la puerta para el advenimiento de la medicina personalizada”, explica Marcelo Crus, oncólogo clínico de la división de Hematología y Oncología de la Universidad Northwestern, en Chicago.
Hasta hace poco tiempo, los fundamentos para el tratamiento del cáncer se basaban en tres pilares: cirugía, quimioterapia y radioterapia. Esas estrategias siguen siendo indispensables para la mayoría de los tumores. El problema allí es que la quimioterapia ataca también a las células saludables. Desarrolladas en la década del ’90, las llamadas terapias-blanco fueron las pioneras de los tratamientos direccionados. El medicamento que inauguró ese tipo de fármaco fue el trastuzumable, aprobado en los Estados Unidos en 1998 para tumores de mama.
La terapia-blanco está proyectada para bloquear el crecimiento y la diseminación de las células cancerígenas, evitando afectar a las saludables. La inmunoterapia, núcleo de la droga Kymriah, el apogeo del tratamiento personalizado, es la que hace que el propia sea el que se defienda, y es mucho más reciente: surgió en el año 2011. A pesar de lo impactante del anuncio sobre la aprobación de este medicamento, falta mucho para decir que se está delante de la bala de planta contra el cáncer. Las células tumorales, por la misma complejidad que plantea la enfermedad, continuarán planteando un enigma.
El núcleo
El tratamiento gira en torno a la técnica más nueva y disruptiva de la oncología actual. A partir de la reprogramación de las células de la sangre, el propio organismo del paciente se convierte en un remedio contra el cáncer, y ataca exclusivamente a las células enfermas, cuidando a las saludables. Es decir, lo contrario de lo que sucede durante las sesiones de quimioterapia convencionales.
El método, conocido como CART-T, comenzó a ser probado en el año 2012 y desde entonces los resultados han sido muy satisfactorios. En 52 de los 63 niños y jóvenes de entre 3 y 23 años que se sometieron al tratamiento (Emily, entre ellos) la leucemia desapareció. Todos los pacientes estaban desahuciados. Ya habían pasado por todos los tratamientos terapéuticos posibles, sin éxito.
La base de acción del tratamiento estriba en el sistema de defensa del organismo, una compleja orquesta compuestas por células y sustancias que defienden al cuerpo de virus, bacterias y tumores. Para poder crecer, los tumores necesitan hallar formas de derribar las defensas del organismo y bloquear su capacidad natural de luchar. Lo que hace el medicamento aprobado es ayudar al sistema inmunológico a reconocer el cáncer como una amenaza, y atacarlo.
El primer paso para comenzar el tratamiento es extraer una muestra de 200 mililitros de sangre del enfermo. De ese material, se separan los linfocitos T, las células que comandan la sinfonía del sistema inmunológico. En el laboratorio, los linfocitos T son alterados para que puedan recibir un receptor, el CAR, que es una partícula diseñada para dirigirse hacia un blanco específico. En el caso del Kymriah la molécula es la CD19, que se encuentra en la superficie de las células con leucemia linfoide aguda.
El segundo paso del tratamiento es lograr que los linfocitos T, ya con el CAR dentro, se multipliquen. Cuando son reinyectados en la corriente sanguínea del enfermo, los linfocitos T reconocen y matan a las células cancerígenas. El cáncer desaparece.
Los desafíos
Sin embargo, no todas son buenas noticias. Hay más de un problema a resolver. El costo del tratamiento es uno. Es muy elevado, nada menos que 475 mil dólares. Y no se trata de un medicamento que se compre en una farmacia, el acceso se dará a través de hospitales.
El efecto colateral de la terapia no es leve. La respuesta exacerbada del sistema inmune puede causar fiebre muy alta, dificultad para respirar, baja abrupta de la presión e hinchazón de órganos. Los especialistas advierten que, teniendo en cuenta que las reacciones adversas pueden ser graves, el tratamiento deberá ser hecho acompañado de un monitoreo continuo.
Otro punto, que afecta directamente tanto sobre el precio como por sobre la disponibilidad del fármaco, es que su fabricación es absolutamente individual. Depende, por lo tanto, de un proceso muy complejo. Actualmente hay 32 centros especializados para el desarrollo de la droga.
El camino de CART-T comenzó en 1990, cuando el químico e inmunólogo Zelig Eshhar, del Instituto de Ciencia Weizmann (Israel) se reunió con el estadounidense Steven Rosenberg, de los Instituto Nacionales de Salud (NIH, de los EE.UU.) para desarrollar las primeras células en laboratorio. Fueron necesarios veinte años para hacer que se multiplicasen de manera eficaz y, al mismo tiempo, disminuyeran los efectos colaterales.
La terapia actual está diseñada para ser absolutamente individual, y solo fue posible a partir de la combinación de conocimientos científicos sobre el sistema inmunológico, en particular por los avances en el campo de la manipulación genética.
El primer paso se dió en el año 2003, con la conclusión del Proyecto Genoma, cuando el ADN humano fue rastreado en su totalidad. Como el cáncer es una enfermedad que se desarrolla por alteraciones en el ADN, “la comprensión de los cambios en el origen de esas variaciones abrió la puerta para el advenimiento de la medicina personalizada”, explica Marcelo Crus, oncólogo clínico de la división de Hematología y Oncología de la Universidad Northwestern, en Chicago.
Hasta hace poco tiempo, los fundamentos para el tratamiento del cáncer se basaban en tres pilares: cirugía, quimioterapia y radioterapia. Esas estrategias siguen siendo indispensables para la mayoría de los tumores. El problema allí es que la quimioterapia ataca también a las células saludables. Desarrolladas en la década del ’90, las llamadas terapias-blanco fueron las pioneras de los tratamientos direccionados. El medicamento que inauguró ese tipo de fármaco fue el trastuzumable, aprobado en los Estados Unidos en 1998 para tumores de mama.
La terapia-blanco está proyectada para bloquear el crecimiento y la diseminación de las células cancerígenas, evitando afectar a las saludables. La inmunoterapia, núcleo de la droga Kymriah, el apogeo del tratamiento personalizado, es la que hace que el propia sea el que se defienda, y es mucho más reciente: surgió en el año 2011. A pesar de lo impactante del anuncio sobre la aprobación de este medicamento, falta mucho para decir que se está delante de la bala de planta contra el cáncer. Las células tumorales, por la misma complejidad que plantea la enfermedad, continuarán planteando un enigma.
El núcleo
El tratamiento gira en torno a la técnica más nueva y disruptiva de la oncología actual. A partir de la reprogramación de las células de la sangre, el propio organismo del paciente se convierte en un remedio contra el cáncer, y ataca exclusivamente a las células enfermas, cuidando a las saludables. Es decir, lo contrario de lo que sucede durante las sesiones de quimioterapia convencionales. El método, conocido como CART-T, comenzó a ser probado en el año 2012 y desde entonces los resultados han sido muy satisfactorios. En 52 de los 63 niños y jóvenes de entre 3 y 23 años que se sometieron al tratamiento (Emily, entre ellos) la leucemia desapareció. Todos los pacientes estaban desahuciados. Ya habían pasado por todos los tratamientos terapéuticos posibles, sin éxito. La base de acción del tratamiento estriba en el sistema de defensa del organismo, una compleja orquesta compuestas por células y sustancias que defienden al cuerpo de virus, bacterias y tumores. Para poder crecer, los tumores necesitan hallar formas de derribar las defensas del organismo y bloquear su capacidad natural de luchar. Lo que hace el medicamento aprobado es ayudar al sistema inmunológico a reconocer el cáncer como una amenaza, y atacarlo. El primer paso para comenzar el tratamiento es extraer una muestra de 200 mililitros de sangre del enfermo. De ese material, se separan los linfocitos T, las células que comandan la sinfonía del sistema inmunológico. En el laboratorio, los linfocitos T son alterados para que puedan recibir un receptor, el CAR, que es una partícula diseñada para dirigirse hacia un blanco específico. En el caso del Kymriah la molécula es la CD19, que se encuentra en la superficie de las células con leucemia linfoide aguda. El segundo paso del tratamiento es lograr que los linfocitos T, ya con el CAR dentro, se multipliquen. Cuando son reinyectados en la corriente sanguínea del enfermo, los linfocitos T reconocen y matan a las células cancerígenas. El cáncer desaparece.
Los desafíos
Sin embargo, no todas son buenas noticias. Hay más de un problema a resolver. El costo del tratamiento es uno. Es muy elevado, nada menos que 475 mil dólares. Y no se trata de un medicamento que se compre en una farmacia, el acceso se dará a través de hospitales.
El efecto colateral de la terapia no es leve. La respuesta exacerbada del sistema inmune puede causar fiebre muy alta, dificultad para respirar, baja abrupta de la presión e hinchazón de órganos. Los especialistas advierten que, teniendo en cuenta que las reacciones adversas pueden ser graves, el tratamiento deberá ser hecho acompañado de un monitoreo continuo. Otro punto, que afecta directamente tanto sobre el precio como por sobre la disponibilidad del fármaco, es que su fabricación es absolutamente individual. Depende, por lo tanto, de un proceso muy complejo. Actualmente hay 32 centros especializados para el desarrollo de la droga. El camino de CART-T comenzó en 1990, cuando el químico e inmunólogo Zelig Eshhar, del Instituto de Ciencia Weizmann (Israel) se reunió con el estadounidense Steven Rosenberg, de los Instituto Nacionales de Salud (NIH, de los EE.UU.) para desarrollar las primeras células en laboratorio. Fueron necesarios veinte años para hacer que se multiplicasen de manera eficaz y, al mismo tiempo, disminuyeran los efectos colaterales. La terapia actual está diseñada para ser absolutamente individual, y solo fue posible a partir de la combinación de conocimientos científicos sobre el sistema inmunológico, en particular por los avances en el campo de la manipulación genética. El primer paso se dió en el año 2003, con la conclusión del Proyecto Genoma, cuando el ADN humano fue rastreado en su totalidad. Como el cáncer es una enfermedad que se desarrolla por alteraciones en el ADN, “la comprensión de los cambios en el origen de esas variaciones abrió la puerta para el advenimiento de la medicina personalizada”, explica Marcelo Crus, oncólogo clínico de la división de Hematología y Oncología de la Universidad Northwestern, en Chicago. Hasta hace poco tiempo, los fundamentos para el tratamiento del cáncer se basaban en tres pilares: cirugía, quimioterapia y radioterapia. Esas estrategias siguen siendo indispensables para la mayoría de los tumores. El problema allí es que la quimioterapia ataca también a las células saludables. Desarrolladas en la década del ’90, las llamadas terapias-blanco fueron las pioneras de los tratamientos direccionados. El medicamento que inauguró ese tipo de fármaco fue el trastuzumable, aprobado en los Estados Unidos en 1998 para tumores de mama. La terapia-blanco está proyectada para bloquear el crecimiento y la diseminación de las células cancerígenas, evitando afectar a las saludables. La inmunoterapia, núcleo de la droga Kymriah, el apogeo del tratamiento personalizado, es la que hace que el propia sea el que se defienda, y es mucho más reciente: surgió en el año 2011. A pesar de lo impactante del anuncio sobre la aprobación de este medicamento, falta mucho para decir que se está delante de la bala de planta contra el cáncer. Las células tumorales, por la misma complejidad que plantea la enfermedad, continuarán planteando un enigma.http://noticias.perfil.com/2017/09/25/aprueban-una-droga-que-permite-reprogramar-las-celulas-que-atacan-a-los-tumores/

martes, 8 de marzo de 2016

Científicos observan el "big bang" de las neuronas

Nuestro cerebro hospeda diferentes tipos de neuronas, cada una con su propia firma genética que define su función. Estas neuronas se derivan de células progenitoras, que son células madre especializadas que tienen la capacidad de dividirse para dar lugar a neuronas. Ahora, neurocientíficos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Ginebra (Suiza) arrojan luz sobre los mecanismos que permiten a las progenitoras generar neuronas. Mediante una nueva tecnología llamada FlashTag que les permite aislar y visualizar las neuronas en el mismo momento en que nacen, se ha descifrado el código genético básico que permite la construcción de una neurona. 
Este descubrimiento, que se publica en Science, permite no sólo entender cómo se desarrolla nuestro cerebro, sino también cómo utilizar este código para reconstruir neuronas a partir de células madre. Los investigadores ahora podrán comprender mejor los mecanismos subyacentes en las enfermedades neurológicas. 
Dirigidos por Denis Jabaudon, neurólogo y neurocientífico de la Universidad de Ginebra y de los Hospitales Universitarios de Ginebra, los investigadores desarrollaron FlashTag, que visualiza las neuronas mientras nacen. Con este enfoque, en el mismo momento en que se divide una progenitora, recibe un marcador fluorescente que persiste en su progenie. Así, los científicos pueden visualizar y aislar las neuronas recién nacidas con el fin de observar de forma dinámica qué genes se expresan en las primeras horas de su existencia. 
Mediante un sistema de marcado fluorescente, visualizan sus primeras horas de vida y cómo se van desarrollando los genes.
Con el tiempo, pueden estudiar su evolución y los cambios en la expresión génica. "Anteriormente, sólo teníamos un par de fotos para reconstruir la historia de las neuronas, lo que dejaba una gran cantidad de espacio para la especulación. Gracias a FlashTag, ahora hay una película genética completa desarrollándose ante nuestros ojos. Cada instante se hace visible desde el principio, lo que nos permite comprender el desarrollo de la obra, identificando a los personajes principales, sus interacciones y sus incentivos", señala Jabaudon en la nota de prensa de la universidad.
Trabajando en la corteza cerebral de ratones, los científicos identificaron los genes clave del desarrollo neuronal, y demostraron que su dinámica de expresión es esencial para que el cerebro se desarrolle normalmente.Este descubrimiento, al dar acceso al código primordial de la formación de neuronas, nos ayuda a comprender cómo funcionan éstas en el cerebro adulto. Y parece que varios de estos genes originales también están implicados en enfermedades neurodegenerativas y del neurodesarrollo, que pueden ocurrir muchos años después. Esto sugiere que podría haber una predisposición desde los primeros momentos de la existencia de las neuronas, y que los factores ambientales puede luego tener un impacto en cómo se desarrollan las enfermedades. Mediante la comprensión de la coreografía genética de las neuronas, los investigadores pueden, por tanto, observar cómo estos genes se comportan desde el principio, e identificar posibles anomalías que predicen enfermedades. Después de leer este código genético, los científicos fueron capaces de reescribirlo en las neuronas recién nacidas. Mediante la alteración de la expresión de ciertos genes, fueron capaces de acelerar el crecimiento neuronal, alterando así la secuencia de comandos de desarrollo. Con FlashTag, ahora es posible aislar las neuronas recién nacidas y volver a crear los circuitos cerebrales in vitro, lo que permite a los científicos probar su funcionamiento, así como el desarrollo de nuevos tratamientos. El equipo ha publicado un sitio web donde es posible introducir el nombre de un gen y observar la forma en que se expresa, y cómo interactúa con otros genes. «Cada equipo de investigación sólo puede concentrarse en un puñado de genes al mismo tiempo, mientras que nuestro genoma se compone de cerca de 20.000 genes. Por lo tanto, pusimos nuestra herramienta disponible para que otros investigadores que la utilizaran, de una forma totalmente abierta", destaca Jabaudon.http://www.rosario3.com/noticias/Cientificos-observan-el-big-bang-de-las-neuronas--20160308-0018.html

martes, 2 de febrero de 2016

Del laboratorio a la mesa: la carrera por llevar la carne artificial al mercado

Varias startups están en una carrera para ser la primera en llenar los platos de los consumidores con hamburguesas y salchichas creadas en laboratorios que sepan tan bien como las de carne de res y cerdo.Memphis Meats Inc., una empresa de San Francisco fundada por tres científicos, apunta a ser en tres o cuatro años la primera en vender carne desarrollada a partir de células animales en tanques de acero. Rivales como Mosa Meat y Modern Meadow Inc. también buscan llevar este tipo de "carne cultivada" al mercado en los próximos años.La competencia pone de manifiesto la forma en que estas iniciativas se han expandido desde la prueba de sabor de una hamburguesa creada en un laboratorio en 2013. El proyecto de varios años fue financiado con US$330.000 de Sergey Brin, cofundador de Google Inc., y dirigido por el fisiólogo Mark Post. Las reseñas de la hamburguesa fueron variadas, pero motivaron a Post, quien cofundó la empresa holandesa Mosa Meat, a seguir adelante.
El ambicioso objetivo es revolucionar la cría de animales moderna, que según estimaciones de Naciones Unidas consume un tercio de los granos del mundo y utiliza un cuarto de toda la tierra para pastoreo. Las empresas dicen que cultivar carne con células y biorreactores -similares a los fermentadores usados para hacer cerveza- consume una fracción de los nutrientes, crea muchos menos desechos y evita la necesidad de usar antibióticos y aditivos."La industria de la carne sabe que sus productos son insostenibles", afirma el presidente ejecutivo de Memphis Meats, Uma Valeti, cardiólogo y profesor de medicina de la Universidad de Minnesota. "Creemos que en 20 años, la mayoría de la carne vendida en las tiendas será cultivada".Memphis Meats planea anunciar este mes su estrategia y una financiación de cerca de US$2 millones de las firmas de capital de riesgo SOSV LLC y New Crop Capital.La ganancia podría ser enorme. En Estados Unidos, por ejemplo, los consumidores gastaron US$186.000 millones en carnes y aves en 2014.Algunos en la industria cárnica dudan que los consumidores, muchos de los cuales exigen alimentos orgánicos o "naturales" sin aditivos ni ingredientes transgénicos, acepten la carne cultivada. Representantes de Tyson Foods Inc., Hormel Foods Corp. y Perdue Farms Inc., tres grandes empresas del sector, no quisieron comentar, salvo para decir que la tecnología era demasiado nueva.No obstante, el entusiasmo de las firmas de capital de riesgo e inversionistas de Silicon Valley por las nuevas tecnologías para saciar el apetito de los consumidores por la carne es desbordante. Bill Gates, cofundador de Microsoft Corp., y Biz Stone y Evan Williams, cofundadores de Twitter, han invertido en las empresas de proteína basada en plantas Beyond Meat e Im-possible Foods Inc.Memphis Meats cultiva carne aislando células de vaca y cerdo que tienen la capacidad de regenerarse, proveyéndoles oxígeno y nutrientes como azúcares y minerales. Las células se desarrollan dentro de biorreactores y se transforman en músculo esquelético que puede ser recogido entre nueve y 21 días después, dice Valeti.Mosa Meat, la empresa formada por Post junto con Peter Verstrate, técnico alimentario de la Universidad de Maastricht, se propone vender carne molida a restaurantes de primera categoría y tiendas especializadas dentro de cuatro o cinco años. La firma está atrayendo a potenciales inversionistas, dice Post. Si bien la eficiencia y los aspectos medioambientales del método interesan a algunos consumidores, "tomará tiempo y gente que lo adopte temprano" para que despegue, agrega.Modern Meadow trabaja en cuero cultivado, que podría salir a la venta en dos o tres años, señala Sarah Sclarsic, la directora de negocios de la empresa de Brooklyn. La carne, dice, "es una misión de mayor plazo para nosotros".Las startups dicen que su principal desafío será aumentar la producción y mantener los costos lo suficientemente bajos como para que la carne cultivada cueste, y sepa, casi igual que la de animales. Actualmente, cuesta casi US$40.000 producir un kilo de carne molida de Memphis Meats. Con el tiempo, Memphis Meats y Mosa Meat aspiran a vender productos más complejos como bistec y producir carne más saludable cultivando células que contengan menos grasa saturadaEjecutivos de Memphis Meats dicen que han conversado con el Departamento de Agricultura (USDA, por sus siglas en inglés) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de EE.UU. acerca de las posibles regulaciones. La FDA probablemente evaluará la carne cultivada antes de que el Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria del USDA comience a regular el producto y la forma en que se procesa, dijo un vocero del USDA.Memphis Meats planea presentar su carne en restaurantes y minoristas, incluyendo varios establecimientos de barbacoa del área de Memphis copropiedad de William Clem, ingeniero de tejido y cofundador de la empresa junto con Valeti y Nick Genovese, un biólogo de células madre.Clem cuenta que ha estado promocionando la idea de la carne cultivada a comensales regulares de su cadena, Baby Jack's BBQ, y que algunos tienen dudas y otros se interesan."Este es probablemente el mercado más difícil que pueda imaginar para algo como esto. Es Memphis, Tennessee; la tradición (de la barbacoa) es lo más importante", dice Clem. "Tenemos una hoja de ruta para empezar de a poco y presentarla a la gente y recibir algunos comentarios". Memphis Meats ha hablado de su producto con distribuidores de alimentos como U.S. Foods Inc. y Sysco Corp., añade.Steve Lieber, director de marca global de BurgerFi, una cadena de Florida que sirve hamburguesas de vacas alimentadas con pasto y utiliza mesas hechas de botellas de leche recicladas, dice que su empresa consideraría el uso de carne de res cultivada para una especialidad de temporada si supiera tan bien como la carne que utiliza actualmente."Queremos ser una compañía de vanguardia en todo lo que hacemos", asevera. Pero "en este momento para la Generación del Milenio, la tendencia hacia lo natural está arraigada".http://www.lanacion.com.ar/1867305-del-laboratorio-a-la-mesa-la-carrera-por-llevar-la-carne-artificial-al-mercado

jueves, 3 de diciembre de 2015

¿Qué son las terapias regenerativas?

Las terapias que contribuyen con la regeneración de tejidos dañados en el cuerpo se han convertido en tendencia mundial. Esto quizás se pueda explicar por los grandes niveles de efectividad que han alcanzado las terapias -cercanos al 80 %-, en especial en lo relacionado a lo músculo esquelético.Si bien lo que se conoce como terapias regenerativas son aquellas que trabajan en base a elementos biológicos extraídos del propio cuerpo(como células madre o plasma), existen aquellas que a partir de sustancias externas y naturales, actúan estimulando zonas para regenerar y reparar los tejidos.
Sustancias externas
En este grupo se incluye la Proloterapia que es una novedosa técnica regenerativa y reconstructiva. Se utilizan sustancias naturales y tiene como función la estimulación del cuerpo y la regeneración y reparación del tejido afectado. Lo que se inyecta es dextrosa, que es un tipo de azúcar naturaly ya existe en el cuerpo humano.¿Cómo funciona? La dextrosa, según la concentración con la que se utilice,provoca inflamación y un leve daño en la zona de inyección, generando la producción de nuevos vasos y de ese modo atrae sustancias que producen regeneración y reparación de los tejidos (factores de crecimiento y plaquetas). Básicamente, es realizar un pequeño daño para que el cuerpo responda reparando en forma natural los tejidos dañados.En la medida que en los tejidos dañados como articulaciones, ligamentos o tendones, comienzan a actuar las sustancias atraídas por la inflamación, estas empiezan a regenerarse volviendo a su estado de normalidad y con ello cesa progresivamente el dolor. Este tratamiento se basa en la regeneración de las estructuras dañadas y no en el dolor.
Las terapias regenerativas trabajan en base a elementos biológicos. Existen de sustancias externas y naturales.
Sustancias biológicas
El plasma rico en plaquetas es un método eficaz que consiste en la activación de las plaquetas del paciente para obtener factores de crecimiento responsables de la reparación y regeneración de tejido, formando colágeno y elastina principalmente.La técnica consiste en tomar una muestra de sangre del propio paciente. Por medio de un procedimiento técnico se separan las plaquetas. Éstas poseen en su interior los factores de crecimiento que estimulan a las células madre y la formación de nuevo tejido, reparador y restaurador.Genera en primera instancia una inflamación, que es la base de la proliferación y curación; por lo cual, en los primeros momentos en las lesiones tendinosas, ligamentarias o de tipo articular en este tipo de aplicacionespuede generar algo de dolor. Ese dolor puede durar entre uno y cinco días.Al inyectar plaquetas se favorece naturalmente a la regeneración, permitiendo al paciente recuperar su vida normal. Por esto, esta técnica se ubica entre las terapias regenerativas biológicas, siendo una excelente alternativa y mínimamente invasiva. Se ha demostrado que el plasma rico en plaquetas favorece el desarrollo del nuevo cartílago, disminuyendo el grado de artrosis y el dolor.http://www.clarin.com/buena-vida/salud/terapias-regenerativas_0_1478252573.html

sábado, 17 de mayo de 2014

Investigadores curaron a ratones con esclerosis múltiple en Estados Unidos

Ratones paralizados por una enfermedad autoinmune similar a la esclerosis múltiple (EM) recuperaron la capacidad de caminar y correr después de que un equipo de investigadores liderado por científicos del Instituto de Investigación Scripps, la Universidad de Utah y la Universidad de California en Irvine, Estados Unidos, les implantaran células madre humanas en sus médulas espinales lesionadas. Sorprendentemente, los ratones se recuperaron incluso después de que sus cuerpos rechazaran las células madre humanas. "Cuando implantamos las células humanas en ratones que estaban paralizados, se levantaron y empezaron a caminar un par de semanas más tarde, y se recuperaron por completo en los meses siguientes", explicó uno de los autores del trabajo, la profesora de neurobiología del desarrollo Jeanne Loring. "Hemos estado estudiando las células madre de ratón durante mucho tiempo, pero nunca vimos la mejoría clínica que se produjo con las células humanas que el laboratorio de Loring ha proporcionado", afirma el inmunólogo de la Universidad de Utah Thomas Lane, quien codirigió el estudio con Loring y comenzó el trabajo en la Universidad de California en Irvine. Esta espectacular recuperación de los ratones, cuyos detalles se publican en la edición digital de la revista Stem Cell Reports, podría conducir a nuevas formas de tratar la esclerosis múltiple en seres humanos."Este es un gran paso adelante en el desarrollo de nuevas terapias para detener la progresión de la enfermedad y promover la reparación de los pacientes con EM", celebra el coautor Craig Walsh, inmunólogo de la Universidad de California en Irvine. La EM es una enfermedad autoinmune del cerebro y la médula espinal que afecta a más de medio millón de personas en América del Norte y Europa y a más de dos millones en todo el mundo. En esta patología, las células inmunes conocidas como células T invaden la médula espinal superior y el cerebro, causando inflamación y, en última instancia, la pérdida de un recubrimiento aislante en las fibras nerviosas llamadas mielina. Las fibras nerviosas afectadas pierden su capacidad de transmitir señales eléctricas de manera eficiente y esto con el tiempo puede conducir a síntomas tales como debilidad en las extremidades, entumecimiento y hormigueo, cansancio, problemas de visión, dificultades en el habla, alteraciones de memoria y depresión. Las terapias actuales, como el interferón beta, tienen por objeto reprimir el ataque inmune que despoja a la mielina de las fibras nerviosas, pero son sólo parcialmente eficaces y con frecuencia tienen efectos secundarios adversos significativos. El grupo de Loring buscó otra manera de tratar la EM utilizando células madre pluripotentes humanas, que son células que tienen el potencial de transformarse en cualquiera de los tipos de células en el cuerpo.
En concreto, estos expertos convirtieron células madre humanas en células precursoras neurales, que son un tipo de célula intermedia que con el tiempo puede convertirse en neuronas y otros tipos de células en el sistema nervioso. En colaboración con el grupo de Lane, el equipo de Loring ha estado probando los efectos de la implantación de células precursoras neurales humanas en la médula espinal de los ratones que han sido infectados con un virus que induce síntomas de la EM. La transformación que tuvo lugar en los ratones en gran medida inmovilizados después de que se les inyectaron células precursoras neurales humanas en las médulas espinales dañadas de los animales fue dramática, pues estos roedores empezaron a correr por las jaulas. Incluso, los animales siguieron caminando tras rechazar las células humanas, algo que se produjo cerca de una semana después de la implantación. La clave.Esto sugiere que las células madre humanas secretan una proteína o proteínas que tuvieron un efecto duradero en prevenir o impedir la progresión de la EM en los ratones, entiende Ron Coleman, un estudiante graduado del laboratorio de Loring que fue el primer autor del artículo con Lu Chen, de la Universidad de California en Irvine. Los científicos demostraron así que las células madre humanas implantadas provocaron la creación de glóbulos blancos conocidos como células T reguladoras, que son responsables del cierre de la respuesta autoinmune en el extremo de una inflamación. Si el equipo puede identificar qué proteínas liberadas por las células precursoras neuronales se encargaron de la recuperación de los animales, puede ser posible diseñar tratamientos para la EM que no impliquen el uso de células madre humanas. "Una vez que identificamos los factores que son responsables de la curación, podríamos diseñar un medicamento fuera de ellos", adelanta Lane. De todos modos, los expertos advierten que, si bien para la ciencia, el trabajo demostró resultados dramáticos, su aplicación terapéutica exige un largo camino para plasmarla.http://www.lacapital.com.ar/informacion-gral/Investigadores-curaron-a-ratones-con-esclerosis-multiple-en-Estados-Unidos-20140517-0023.html

martes, 7 de septiembre de 2010

AUTORIZARON OTRO BB DE DISEÑO PARA QUE PUEDA CURAR A SU HERMANO

Por orden de un juez, IOMA, la obra social de los empleados bonaerenses, deberá pagar un tratamiento de fertilización asistida con selección previa de embriones, para que las células madre del cordón umbilical del futuro “bebé de diseño” sean trasplantadas a un hijo de la pareja. El nene, de 4 años, sufre un tipo de leucemia cuya única posibilidad de cura reside en un trasplante de médula ósea.
“La leucemia es la producción de células inmaduras en la médula ósea, que ocupan toda la médula e impiden que se produzcan las células normales, como los glóbulos rojos y blancos, y las plaquetas”, explicó a Clarín la jefa de Hematología, Oncología y Trasplante de Médula Osea Pediátrica del Hospital Italiano, Mónica Makiya.El nene por quien sus padres presentaron un recurso de amparo padece una leucemia linfoblástica aguda –enfermedad de buen pronóstico en el 80% de los casos–, pero con cromosoma Filadelfia positivo, una variante que no responde a los tratamientos de quimio y radioterapia. Está bajo tratamiento en el Hospital Garrahan.
A través del Incucai se realizó una búsqueda de células hematopoyéticas compatibles, tanto en bancos nacionales como extranjeros, con resultado negativo. La única opción con posibilidad terapéutica es entonces el trasplante de células madre de un hermano.
Como el nene es hijo único, las células deberían obtenerse del cordón de un futuro hermano que no sufra la misma anomalía genética. Para garantizarlo es preciso un tratamiento de fertilización que incluya el diagnóstico genético preimplantacional de embriones.Ante la negativa de IOMA a cubrir la práctica, la pareja (un matrimonio de Morón) interpuso un recurso de amparo. Ahora, el juez en lo Contencioso Administrativo N° 1 de La Plata, Luis Arias, dictó la medida cautelar basándose en que la petición no invoca el derecho a la planificación familiar, sino que la práctica “tiene por fin curar a un niño gravemente enfermo ”.
Ya en 2009 otro fallo en Mar del Plata obligó a IOMA a costear la misma práctica a una pareja para curar la enfermedad autoinmune de su hijo. Según la doctora Makiya, “ hay muchos más casos de los que se notifican ”, de parejas que pagan esta práctica de su bolsillo.El juez se apoyó en un informe del Comité de Bioética del Incucai y señaló que, si bien hay un vacío legal en relación con el tratamiento requerido, tampoco está prohibido. En cuanto a los embriones que no sean utilizados, ordenó que sean criopreservados hasta tanto se dicte sentencia firme.
Antes del trasplante, el nene deberá ser sometido a quimioterapia y radioterapia corporal completa para anular la médula enferma. La cura dependerá del grado de avance de la enfermedad y de que no haya rechazo.
http://www.clarin.com/sociedad/ciencia/Autorizaron-diseno-pueda-curar-hermano_0_331166972.html

martes, 4 de mayo de 2010

Un trasplante de células madre evita las prótesis de rodilla

Se realiza con células del mismo paciente; "La técnica es muy sencilla", dicen los médicos españoles que trabajan en la especialidad.
MADRID (Diario El País ).- A José Fernández Fernández, de 74 años, sus células le han permitido desprenderse de una cojera y olvidar un dolor en su pierna derecha a causa de una caída. Tras un periplo médico de tres años, en 2007 optó por un trasplante de células madre que le dejó una rodilla apta para desarrollar, sin carencias y sin dolor, todas las actividades de su vida cotidiana.
Este arquitecto jubilado es uno de los pacientes atendidos por Pedro Luis Ripoll y su equipo del hospital San Carlos de Murcia. Va en la línea de otros trabajos similares para tratar la cadera, y sigue los mismos pasos, ´pero es la primera vez que se publica en rodilla´, matiza Ripoll. El médico, que también trabaja en la clínica Ruber de Madrid, explica que en ese artículo se hizo el seguimiento de 40 personas, 20 hombres y 20 mujeres, con edades entre los 32 y los 64 años.
"La técnica es muy sencilla", afirma, ya que se puede hacer de una sola vez con anestesia epidural. Primero, se extraen las células madre de la cresta iliaca (la cadera). Después de purificarlas y añadirles intensificadores, se le inyectan al paciente en la rodilla.
El ensayo ha sido publicado en la revista de la Fundación Mapfre porque esta les dio un premio. Ahora Ripoll se prepara para que aparezca en otra publicación de mayor repercusión médica. A los pacientes se les ha seguido durante dos años. En total, estos afirman que sus dolores e incapacidades se han reducido hasta un 80% después de la intervención.
Por ejemplo, antes de la operación, sólo el 5% de los pacientes era capaz de girar o impulsarse sobre su rodilla sin dolor o sintiéndolo de forma leve. Después de la operación, el porcentaje subió al 65%. Ninguno podía estirar la rodilla. Luego, lo consiguió hacer el 40%. Tampoco podían doblarla; un 20% lo logra después de la intervención.
Fernández, que nació en un pequeño pueblo de León, y reside en Alicante desde hace décadas, es uno de estos últimos. Su pasión es la montaña. Pero un mal día cayó precisamente en una de sus excursiones por la sierra de León.
"Al principio no hice caso, pensé que se iría con el tiempo, pero el dolor iba a más hasta el extremo de que no pude volver a Alicante", recuerda.
Inicialmente, el médico diagnosticó una rotura de menisco y el paso por el quirófano como única terapia. ´Y me operé, pero la recuperación se alargaba demasiado y el dolor no desaparecía, era insoportable´, matiza.
Un día, en el vestuario de la piscina a la que suele ir a nadar, un compañero le recomendó un doctor de Ciudad Real que era muy bueno. "Me fui para allá, me dijo que había un invento americano que lo curaba todo y a base de inyecciones pretendía quitarme el dolor, y funcionó", asegura. "Al día siguiente estaba perfecto, pero en unos pocos días el dolor volvió con más virulencia que antes, no podía ni dormir", agregó Fernández que se sintió estafado y engañado.
Más adelante, un amigo le habló de un médico en Murcia, Pedro Luis Ripoll. "Me fui por probar". Era mediados de julio de 2007 cuando en el hospital San Carlos de Murcia le diagnosticaron una necrosis. ´Me explicaron que es cuando el tejido óseo se muere´, recuerda ahora el paciente. La disyuntiva era prótesis o un trasplante de células madre. "El médico me recomendó que adoptara una decisión, y yo no sabía qué hacer, lo mío son los ladrillos, no la medicina", reflexiona José Fernández. Al final, optó por preguntar al especialista: "¿Qué haría si estuviera en mi caso? Me contestó que un trasplante de células".
Al paciente le inquietaba un posible rechazo, pero al ser células suyas eso estaba descartado. Y en unos días entró a quirófano. La operación se prolongó durante casi dos horas, extrajeron células de las crestas iliacas y las incrustaron en la rodilla. "Trabajaban como en manualidades", evoca.
En cuatro días abandonó la clínica y empezó la recuperación de su propio tejido. "Ahora no me duele, flexiono perfectamente la rodilla, ando, nado tres días a la semana, hago una hora de bicicleta en casa, y perdí 10 kilos de peso", recuerda José Fernández, quien asegura sentirse ´bien, contento y agradecido´. "Fue un éxito, ahora que si las células llegan a ser de otro me lo hubiera pensado". El veterano arquitecto tiene claro que el futuro, en ocasiones, pasa por uno mismo y "las células van a ser la solución de muchos males", vaticina.
La Nacion Viernes 30 de abril de 2010