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martes, 3 de septiembre de 2024

Qué es la neofobia alimentaria en niños y cuáles son las 6 claves para superarla

 Una dieta equilibrada es fundamental para el crecimiento de los niños, ya que asegura la ingesta adecuada de vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales. Sin embargo, muchos enfrentan neofobia alimentaria, que es el temor a probar comidas nuevas o desconocidas. Esta aversión limita un plan alimentario saludable, por lo que afecta su bienestar a corto y largo plazo.Según datos del PROFENI (Profesionales Expertos en Nutrición Infantil), los estudios indican que esta condición afecta alrededor del 77% de los niños.La falta de nutrientes en las primeras etapas de la vida puede tener efectos negativos en la creación de defensas del sistema inmune y en el desarrollo cognitivo, además del tamaño corporal.“El rechazo es una estrategia adaptativa para evitar alimentos nuevos potencialmente peligrosos, pero es algo que los seres humanos resuelven observando y copiando las dietas de otros, lo que sugiere la existencia de un componente de aprendizaje social en las preferencias alimentarias y la posibilidad de intervenir para reducir ese rechazo a alimentos nuevos, en tanto y en cuanto esto contribuya a mejorar los patrones alimentarios en la infancia”, explicó la doctra Noelia Rodrigues Cambao, especialista en medicina familiar y psiquiatría, integrante del servicio de psiquiatría del Hospital Posadas.

¿Cómo son los patrones alimentarios en los niños y niñas?

El aprendizaje de los sabores es un proceso que se lleva a cabo incluso desde antes de que los infantes prueben sus primeras comidas. Los expertos destacan que al principio suele existir una mayor inclinación a lo dulce, y que la incorporación de nuevos alimentos se da gracias a la exposición repetida a lo largo del tiempo.

“Las primeras experiencias con la comida, incluyendo la lactancia materna, impactan en las futuras preferencias de sabor, pero el sabor es una construcción de la que participan los sentidos del gusto, del olfato y del tacto; la textura del alimento cumple un rol preponderante en la infancia, así como su color. Es fundamental que el momento de la comida sea placentero para ellos y que vean que los nuevos alimentos son de consumo habitual para el resto de la familia”, manifestó la doctora Cecilia Araujo, pediatra especialista en nutrición pediátrica de la sección Nutrición y Diabetes del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez.

En la actualidad, los infantes con neofobia alimentaria poseen una dieta con alto contenido de grasas. A su vez, presentan poca variación en el consumo de verduras y frutas, tan solo el 20% de las cantidades recomendadas, según señalaron en un informe reciente de la Fundación Interamericana del Corazón y UNICEF. Estos alimentos contienen fibra, esencial para una buena digestión y absorción de nutrientes ya que contribuye al buen funcionamiento de la microbiota intestinal.Además, se observó que no incorporan las porciones de lácteos requeridas para mantener niveles saludables de calcio vitamina D. Los especialistas destacan que el yogur, en específico, aporta probióticos, que son microorganismos que también sirven para promover el desarrollo de las bacterias del intestino. Por ende, al no ingerir estos alimentos cruciales, es posible que el sistema digestivo no cuente con este beneficio.

“Es crucial entender que las preferencias alimentarias se desarrollan desde una edad muy temprana, a partir de las primeras experiencias con los diferentes sabores. Los padres, madres y/o cuidadores deben ser pacientes y persistentes en la exposición de sus hijos a una amplia variedad de alimentos para fomentar hábitos saludables a largo plazo”, resaltó Mariana Raspini, licenciada en Nutrición, especialista en Nutrición Pediátrica de la Universidad de Buenos Aires.Debido a esto es que los hábitos alimentarios de las personas del entorno del bebé son de suma importancia. Si los adultos muestran un consumo limitado de alimentos, puede impactar de manera directa en el infante y en su grado de aceptación a las nuevas comidas.



Las tendencias que se muestran entre los 2 y 3 años de edad marcan las características de la alimentación en la adultez, y pueden generar complicaciones de salud debido a la falta de nutrientes. Es fundamental comprender la personalidad de los niños y, sobre todo, sus primeras experiencias con la comida para saber de qué manera abordar una diversificación de los alimentos que forman parte de sus dietas.

¿Cuáles son las mejores estrategias para superar la neofobia alimentaria?

Desde el equipo médico especializado en nutrición infantil, PROFENI, recomiendan técnicas para mejorar la predisposición en niños y niñas a probar e incorporar alimentos nuevos a sus dietas:

  1. Se debe asegurar un entorno social positivo a la hora de comer. Es vital el evitar situaciones de tensión en la mesa, en especial aquellas vinculadas a la aversión del infante hacia las comidas, ya que podría empeorar la situación a largo plazo. En su lugar, tiene que prevalecer el disfrute y la alegría, además de la garantía de un entorno seguro.Para que la transición hacia un menú más amplio sea gradual y amena, se pueden combinar nuevos alimentos con las comidas preferidas del niño o niña. De esta manera es más probable que sean aceptados.Un aspecto clave es la exposición repetida. Al agregar un alimento en pequeñas cantidades, y cocinado o preparado de distintas formas, se puede aumentar la probabilidad de aceptación por parte del infante. “La aceptabilidad de una nueva fruta o verdura aumenta tras 8 a 10 exposiciones a ésta”, comentaron desde el grupo de profesionales.
  2. Incluir a los niños y niñas en la preparación de los alimentos. “Involucrarlos en la preparación puede hacer la diferencia en su disposición a probar y aceptar nuevas opciones; siempre garantizando que la cocina sea un lugar seguro (sin elementos cortantes a mano, priorizando el encendido de hornallas posteriores y asegurándose de que se alejen del horno prendido)”, aclaró la doctora Ana María Tamagnone, pediatra, diplomada en neurodesarrollo e intervención temprana en niños pequeños.
  3. Comer alimentos variados en frente de los infantes puede incrementar su aceptación, ya que los estimula a consumirlos al observar que son seguros.
  4. Por último, los expertos recomiendan proporcionar 3 alimentos nuevos 3 veces cada uno. Es importante alternarlos a lo largo de los días, ya que se notó una mayor efectividad.
  5. https://www.infobae.com/salud/2024/09/02/que-es-la-neofobia-alimentaria-en-ninos-y-cuales-son-las-6-claves-para-superarla/

martes, 27 de marzo de 2012

¿Cuál es la diferencia entre gusto y sabor?



Los olores se pueden mezclar para formar millones de aromas. Pero los olores del mundo no se pueden descomponer en unospocos números, en un gradiente; no existe el “pixel olfativo”.
Jaron Lanier. No somos computadoras

Barb Stuckey es experta en alimentos y desarrolla nuevos productos desde un laboratorio en California, EEUU. En su flamante libro Los sabores que te estás perdiendo explica por qué el chocolate es delicioso y las mujeres son mejores catadoras que los hombres. Adelanta algunas ideas en esta entrevista con Cukmi.CUKMI: ¿Por qué hay comida que nos encanta y otra que no toleramos?
BARB: Hay muchas razones. La cultura en la que crecimos tiene un impacto enorme, por supuesto, pero exploro en mi libro las influencias más allá de la cultura. La anatomía desempeña un papel muy importante en cómo experimentamos los sabores y olores; y la genética determina si podemos degustar y oler ciertos compuestos. Pero la historia clínica también puede influir sobre esa experiencia. La combinación de estas cosas con la cultura propia significa que cada persona sobre la Tierra vive en su propio mundo sensorial.
CUKMI: ¿Qué diferencia hay entre gusto y sabor?
BARB: El gusto es lo que experimentamos cuando los alimentos entran en contacto con la lengua y otras superficies de la boca. Y como sólo hay cinco cosas que podemos saborear (dulce, agrio, amargo, salado, umami), este sentido se limita a una “paleta” muy reducida. Experimentamos el olfato cuando detectamos aromas volátiles; el número de aromas que podemos detectar es enorme, y el olor es lo que da a los alimentos su firma característica. A través del tacto experimentamos la textura, incluso a veces como dolor, como ocurre con los picantes. La combinación de estas tres experiencias sensoriales forma el concepto de sabor.
Por lo tanto el sabor del chocolate –por poner un ejemplo delicioso– tiene gusto amargo, dulce, y (posiblemente) agrio, combinado con aromas tostado y nuez, una sensación en la boca entre cremosa y untuosa que proviene del hecho de que el chocolate se funde a la temperatura del cuerpo humano. Ese es el sabor del chocolate que tanto nos apasiona.http://cukmi.com/cual-es-la-diferencia-entre-gusto-y-sabor/

martes, 8 de noviembre de 2011

El sabor de la comida no está en los alimentos”

CUKMI: ¿Qué regiones del cerebro trabajan mientras comemos?
GORDON: La gente suele pensar sólo el sentido del gusto surge en la boca cuando comemos. Sin embargo –y este es uno de los objetivos de la Neurogastronomía– comer involucra a la mayor parte de las regiones de nuestro cerebro, desde la sensorial y la motriz hasta las regiones más cognitivas implicadas en la memoria y la emoción.
CUKMI: ¿Y cuál es el rol de la memoria en al comer?
GORDON: La memoria es esencial para reconocer el sabor de lo que comemos. La identificación de un sabor involucra al cerebro, primero, para crear una imagen olfativa de las moléculas de la comida en nuestras bocas. Esta imagen se relaciona con la que está almacenada en la memoria en nuestro “camino olfativo” y, finalmente, con la imagen almacenada al más alto nivel de nuestro cerebro para que podamos decidir si nos gusta y queremos comer eso.
CUKMI: ¿Qué pasa en nuestro cerebro cuando olemos algo delicioso?
GORDON: El objetivo principal de la Neurogastronomía es explicar cómo un sabor y su cualidad de delicioso no reside en el alimento, y tampoco simplemente sucede en el cerebro, sino más bien que es creado por el cerebro. Es algo nuevo, resultado de una investigación en equipo que yo mismo llevé adelante, con resultados de gran alcance que no han sido apreciados hasta ahora.
Cómo se forma el sabor
Los humanos parecen estar adaptados especialmente entre los animales para sentir el sabor de los alimentos.
El olfato juega un rol importante en el sabor, pero no a través de los aromas agradables de los alimentos, sino por las moléculas de los alimentos liberadas en la boca que se dirigen a la nariz a través de la respiración, en lo que se llama olor retronasal.
Este olor estimula los receptores en la nariz que provocan la construcción de imágenes de esas moléculas en el “camino olfativo”.
Nuestro cerebro combina las imágenes olfativas con imágenes de los otros sentidos –el gusto, el tacto y el sonido de los alimentos–, así como nuestras percepciones visuales anteriores de los alimentos, para producir la imagen combinada del sabor.
De manera que el sabor es una cualidad del cerebro y no del alimento, así como el color no es una cualidad del objeto. Nuestras preferencias de alimentos, por lo tanto, son el resultado de lo que hemos aprendido en la vida de lo que nos gusta comer. Y aunque elegimos un alimento por cómo “sabe”, llamarlo “sabor” es una ilusión: porque la comida está en nuestra boca, el cerebro nos engaña a pensar que el aroma de la comida viene de la boca como “sabor”.
CUKMI: ¿Qué provoca el hambre? ¿Pueden las imágenes de comida producirnos un hambre irresistible?
GORDON: El hambre es una sensación compleja, que involucra mucho más que la búsqueda de una comida sabrosa. Sin embargo, hay algunas relaciones interesantes entre las imágenes de los alimentos y el hambre.
Si tenemos la suerte de comer bien, lo que los psicólogos llaman comer hasta la saciedad, nuestros cerebros pueden registrar esta sensación también. Las células nerviosas en el “camino olfativo” que responden a los olores varían en la intensidad de su respuesta en función de cuán hambriento un animal esté. Esta modulación por la saciedad se aplica incluso a los alimentos con sabores que deseamos. La psicóloga Dana Small realizó un experimento en el que dejó a los participantes comer trozos de chocolate, uno tras otro hasta que no pudieran comer más, y el chocolate pasó a disgustarles… ¡difícil de creer!
CUKMI: El antropólogo Richard Wrangham dijo en Cukmi que la cocina nos hizo humanos, es decir, más inteligentes que el resto de los animales. ¿Está de acuerdo?
GORDON: Los estudios de Richard Wrangham sugieren los humanos ancestrales controlaron el fuego hace casi 2 millones de años, mucho antes de lo que se pensaba. Plantea la hipótesis de que esto los llevó a cocinar, sobre todo carne, lo que hizo la dieta mucho más rica en energía, permitiendo así un cerebro más grande. En esta teoría, la cocina es esencial para el surgimiento de los humanos modernos.
La Neurogastronomía respalda esta opinión. Si el sistema de sabores del cerebro juega un papel predominante en la elección de nuestra dieta, también debe haber sido importante para nuestros ancestros humanos. Por lo tanto, los sabores mejorados de los alimentos producto de la cocción, junto con el hecho de que la comida era compartida por la familia entera, lleva a la hipótesis de que la cocina era un vínculo fundamental para el desarrollo social de los seres humanos. En este sentido, el sabor tenía funciones adaptativas para la supervivencia de las sociedades primitivas. Además, nuestros estudios apoyan la hipótesis de que la comida sabrosa requiere la aparición del lenguaje para la comunicación entre los individuos acerca de producir y disfrutar de esos sabores.
CUKMI: ¿Pueden los alimentos mejorar la actividad neuronal y ayudarnos a reaccionar y pensar mejor?
GORDON: Todo el mundo sabe que una taza de té o de café con cafeína mejora los tiempos de reacción al activar de las células nerviosas excitadoras, mientras que el alcohol deprime el sistema nervioso central. También hay efectos a largo plazo. Un estudio sometió a personas a una dieta alta en proteínas durante varias semanas y encontró que tenían tiempos de reacción más rápidos.
CUKMI: ¿Cómo puede explicar los desórdenes alimenticios?
GORDON: La Neurogastronomía tiene un capítulo sobre las obsesiones, como ansiedad por la comida y su resultado final: la obesidad. Se difundió un estudio sobre la relación entre la adicción a alimentos y drogas. La Dra. Nora Volkow, directora del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas, ha sugerido un esquema general, con mecanismos de impacto sensorial, memoria, impulso y autocontrol. Demasiado impacto reforzado por la memoria lleva a demasiado impulso y muy poco control, lo que provoca la adicción a las drogas.
CUKMI: ¿Y cómo es en el caso de la obesidad?
GORDON: En el caso de los alimentos, si es muy alto el impacto de un sabor, está reforzado por un vívido recuerdo de ese sabor, y hay muy poco control, lleva a la obesidad. Un beneficio potencial práctico de llegar a un conocimiento más profundo del sistema de sabores del cerebro es darse cuenta de que la gente tiene varias maneras de combatir la obesidad: reducir la sensibilidad a la “imagen” del sabor de sus comidas favoritas; reducir la intensidad en la memoria del sabor de esa “imagen”; aumentar su sensación de auto-control sobre la motivación de comer sus alimentos favoritos; ¡y pensar en cosas alternativas que hacer para reducir su motivación para comer! Estos mecanismos están en el corazón de la parte activa del sistema de sabores del cerebro. Necesitamos mucha más investigación para probar estas hipótesis, pero el hecho de que existen mecanismos comunes da esperanza para los tratamientos de una amplia gama de trastornos. http://cukmi.com/el-sabor-de-la-comida-no-esta-en-los-alimentos/